| POLÍTICA
¿Qué diferencia a un movimiento regional de un partido político y cómo les fue en las EMR 2022?
Redacción Vigilante
Publicado 3:26 pm, 4 Octubre, 2022
De las 196 provincias que hay en Perú, en 124 (63,3%) se impusieron movimientos regionales, la mayoría en el centro y sur del país. En procesos subnacionales anteriores, obtuvieron entre 60% y 80% de todas las victorias a nivel regional.
En los últimos comicios del 2 de octubre, a los llamados movimientos regionales les fue mejor que a los partidos políticos nacionales, una tendencia que se ha repetido en otros procesos electorales subnacionales, aunque cada vez con márgenes menores.
En los últimos comicios del 2 de octubre, a los llamados movimientos regionales les fue mejor que a los partidos políticos nacionales, una tendencia que se ha repetido en otros procesos electorales subnacionales.
Y esto es relevante porque los 25 gobiernos regionales manejan un presupuesto de S/ 48.000 millones, pero dejaron de ejecutar el 30% de este el año pasado.
En este proceso electoral, solo 16 de los 25 candidatos obtuvieron más del 30% de los votos, por lo que son considerados virtuales gobernadores regionales. La mayoría de ellos integra movimientos regionales, mientras que el resto pertenece a 4 partidos políticos nacionales.
Pero, ¿cuál es la diferencia entre uno y otro?
Una de las características de los movimientos regionales es que tienen un alcance limitado, porque territorialmente solo pueden presentar candidatos a nivel distrital, provincial y regional.
En cambio, un partido político tiene alcance nacional, porque además de candidatos distritales, provinciales y regionales, puede presentar postulaciones al Congreso y a la Presidencia de la República.
“Esto también se traduce en que los movimientos regionales, al ser muy locales, tienen muchas demandas específicas y gestionan intereses muy concretos, lo cual se evidencia en que la mayoría de movimientos tienen nombres peculiares, como el Maizito”, comenta Fernando Tincopa, politólogo del Centro Wiñaq.
“Otra característica de los movimientos regionales es que son muy volátiles, es decir, no logran sobrevivir más de una elección o a muy pocas elecciones, y tienden a cambiar de nombre de una elección a otra o simplemente desaparecen”, agrega.
Pese a ello, los movimientos regionales tienen un desempeño electoral superior al de los partidos políticos en las elecciones subnacionales.
De hecho, en los tres últimos procesos de este tipo, los movimientos regionales han obtenido entre el 60% y 80% de todas las victorias a nivel regional, porque además alcanzan a cubrir cerca del 60% de todas las circunscripciones nivel nacional y tienen mejor mejor performance nivel provincial y distrital.
“Esta brecha entre las victorias de los movimientos regionales y la de los partidos políticos se acorta cada vez un poco más, pero la tendencia sigue siendo a favor de los movimientos regionales”, explica Tincopa.
Para el politólogo Mauricio Zavaleta, una ventaja que explica en parte también el auge de los movimientos regionales es que le dan mayor autonomía a sus líderes o fundadores, que suele ser caudillos locales y, sobre todo, les permite posicionar un símbolo propio.
“Esto genera una ventaja frente a los partidos nacionales, que tienen un símbolo genérico y sus etiquetas o dicen poco, o están desprestigiadas. Algunos políticos competitivos apuestan por ir con partidos, pero su vinculación con la organización es tenue”, refiere.
De hecho, los candidatos que postularon por partidos nacionales suelen ser invitados de ocasión electoral. Ese el caso, por ejemplo, de Segismundo Cruces, quien ganó con APP en Tumbes. Antes postuló por el Apra y luego por Democracia Directa (fonavistas).
En la región San Martín ganó Walter Grundel con Somos Perú, pero antes fue candidato por APP y Vamos Vecino; o Luis Otsuka, quien ganó con Avanza País en Madre de Dios y está vinculado a sectores de mineros ilegales. Antes fue gobernador de esta región con Democracia Directa.
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