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Chavín de Huántar: Así fue el exitoso operativo que lideró el hoy presidente del Congreso

Redacción Vigilante Publicado 1:36 pm, 13 septiembre, 2022

El tiro le salió por la culata al oficialismo y sus aliados, que buscaban poner al frente de la Mesa Directiva a alguien afín a sus intereses, pero en cambio el elegido fue José Williams Zapata, general de división EP en retiro que por su formación y trayectoria, está muy lejos de todo lo que representa el gobierno de Pedro Castillo, con claros nexos con sectores radicales vinculados al terrorismo.

Chavín de Huántar fue un mensaje al terrorismo, a la región y al mundo”, declaró Williams en 2017.

El Congreso eligió este último lunes entre seis candidatos a su nuevo presidente, tras la censura de Lady Camones, de Alianza para el Progreso (APP), que fue alentada además por el gobierno.

Pero el tiro le salió por la culata al oficialismo y sus aliados, que buscaban poner ahí a alguien afín a sus intereses, pero el ganador de la contienda fue José Williams Zapata (Avanza País), quien se impuso en segunda vuelta a su colega Luis Aragón (Acción Popular).

El general de división del Ejército Peruano en retiro, de 70 años de edad, ha mostrado durante su gestión parlamentaria un perfil discreto y no confrontacional, pero su formación y trayectoria lo colocan muy lejos de todo lo que representa el gobierno de Pedro Castillo, con claros nexos con sectores radicales vinculados al terrorismo.

Precisamente, como militar, Williams Zapata combatió a los grupos terroristas que desataron un baño de sangre en Perú durante dos décadas (entre 1980 y el 2000).

Su mayor galardón fue el haber comandado la más exitosa operación militar de la historia reciente del Perú: Chavín de Huántar, ejecutada el 22 de abril de 1997 y que permitió el rescate de 72 rehenes secuestrados por terroristas del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) en la residencia del embajador de Japón en Lima.

“Chavín de Huántar fue un mensaje al terrorismo, a la región y al mundo”, declaró Williams en 2017, año en el que fue condecorado.

La operación en detalle

El 17 de diciembre de 1996, 14 terroristas (12 hombres y dos mujeres) del MRTA, encabezados por Néstor Cerpa Cartolini, alias ‘Evaristo’, tomaron por asalto la residencia de la embajada de Japón, donde se había organizado una fiesta.

Los emerrestistas secuestraron a todos los invitados y dieron inicio a uno de los hechos más críticos en la última etapa de la lucha contra el terrorismo, que terminó, 126 días después, en una de las acciones militares de rescate más extraordinarias que se hicieron en el país.

En las primeras horas después de la toma del lugar, fueron liberados los embajadores de Canadá, Alemania y Grecia, así como un diplomático peruano y el Agregado Cultural de Francia. Hasta finales de enero de 1997 fueron liberados, de manera paulatina, otros rehenes. Quedaron 72 personas en cautiverio.

La operación fue bautizada como “Chavín de Huántar”, en alusión a la cultura preinca que se desarrolló bajo una compleja red subterránea de pasajes, porque inspiró el modelo de túneles que se construyeron bajo la residencia de la embajada de Japón para que los comandos de ingresen y rescaten a los rehenes.

El jefe de ese operativo fue el general del Ejército José Williams Zapata, hoy presidente del Congreso. Por aquel entonces era jefe del Estado Mayor de Operaciones en la Primera Brigada de Fuerzas Especiales. 

Williams conformó un equipo de 140 comandos del Ejército y de la Marina, que al día siguiente de la toma de rehenes ya estaban planeando las acciones. El grupo de élite pasó días, semanas y meses analizando cada detalle de la estrategia y de la táctica que usarían. Todo bajo estricta reserva.

Según cuenta Williams, el éxito de la operación se dio porque se convocó a los mejores, y porque los políticos hicieron su trabajo y los militares el suyo, sin pisarse la mangueras.

Luego de varias semanas de trabajo, y tras analizar todas las opciones, se decidió construir túneles por debajo de la residencia. La idea fue producto de las “conversaciones de más de una persona”, apunta el exgeneral.

El fracaso de las negociaciones con la comisión que encabezó Domingo Palermo para poner fin al secuestro, y el rechazo de los terroristas al ofrecimiento de Fidel Castro para acogerlos en Cuba, precipitaron el inicio de la operación.

Así, poco antes de las 3.30 pm de aquel 22 de abril de 1997, el entonces presidente Alberto Fujimori, a través de una llamada, autoriza el inicio de la operación. Para esto ya se sabía que  las condiciones para iniciar el rescate estaban dadas: los terroristas jugaban su habitual partido de fulbito en el primer piso y todos los rehenes estaban en la segunda planta.

“Mary está enferma”, dijo dos veces el vicealmirante Luis Giampietri, uno de los rehenes, quien había transmitido mensajes al exterior a través de los micrófonos introducidos en la residencia el Servicio de Inteligencia. Era la señal que los comandos necesitan para entrar.

Tras una primera explosión que resonó en toda la casa, 30 comandos emergieron de los jardines. Otros 20 comandos ingresaron por la puerta principal hacia el hall de espera. El resto de comandos ingresó a la residencia por los túneles laterales. En total, detonaron ocho cargas explosivas simultáneas.

Tres miembros del MRTA fallecieron en la primera detonación, y otros dos terroristas murieron en la puerta principal al toparse con los comandos que ingresaban al hall de la entrada principal, entre ellos el cabecilla Néstor Cerpa.

Según contó Francisco Tudela, uno de los rehenes, durante todo el secuestro, Néstor Cerpa le decía que, pase lo que pase, sería asesinado. Por ello, cuando empezó el rescate, el entonces canciller apresuró su escape.

Cuando el terrorista apodado ‘Coné’ llegó a su cuarto para matarlo, Tudela ya estaba saliendo por la terraza, al encuentro de un grupo de comandos encabezados por Juan Valer. El emerretista lanzó una granada y disparó su fusil. Tudela logró salvarse, pero perdió la vida Valer, hoy héroe nacional.

La operación siguió su curso y poco antes de las cinco de la tarde, exactamente a las 4:58 p.m. de aquel 22 de abril de 1996, tras asegurar la integridad de los rehenes, los comandos entonaron el grito de victoria. 

En el rescate, además del comandante Valer, fallecieron el teniente del Ejército Raúl Gustavo Jiménez y el magistrado Carlos Enrique Giusti. Todos los terroristas fueron abatidos.

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