¿Es verdad que la hambruna solo le da a los ociosos como cree Pedro Castillo?
Las omisiones, los escándalos y las políticas públicas sin rumbo del Ejecutivo sí pueden ser una de las causas de la pobreza de los peruanos.
Hace algunos días el presidente Pedro Castillo tuvo una de sus declaraciones más desafortunadas, al afirmar: “Hoy hambruna les va a dar solamente a los que no trabajan, a los ociosos”. Pero un paro de transportistas, el alza insostenible de precios de los alimentos y el combustible y el retroceso en muchos indicadores económicos y sociales le estarían dando la contra. El hambre del pueblo lo está promoviendo la incapacidad de este gobierno en concreto.
Veamos las cifras. Según el INEI, 1.3 millones de peruanos pasan hambre en el país, al encontrarse en condición de pobreza extrema. Esta asciende a 9.9 millones de peruanos si consideramos a toda la población vulnerable que es pobre. Esto quiere decir que 1 de cada 3 peruanos está en condición vulnerable de pobreza en el país por las desacertadas decisiones y gestión del Ejecutivo, que han llevado a que la inversión privada se contraiga mientras que la informalidad subió a 76.8% en 2021, la más alta desde el 2010.
Si seguimos con la lógica de las cifras, de la población vulnerable que es pobre, hay 5. 3 millones de personas que poseen necesidades básicas insatisfechas, que generan una situación de profundo riesgo a mediano y largo plazo, al no contar con servicio higiénicos o independencia económica.
La ausencia de políticas coherentes y la ineficiencia en el gasto público son los causantes de que hoy 3.6 millones de peruanos no tengan acceso a agua potable y 9.7 millones estén en estrés hídrico.
Por dominio geográfico, la pobreza monetaria se distribuyó en 2021 de la siguiente forma: sierra rural (44.3%) y selva rural (35%). Seguidos de sierra urbana (23.3%), selva urbana (21.6%), costa rural (21.5%) y costa urbana (17.9%). En el caso de Lima Metropolitana y la Provincia Constitucional del Callao, la pobreza alcanzó al 24.9% de la población.
Por departamento, nos encontramos que los niveles de pobreza más elevados se concentraron en Ayacucho, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Loreto, Pasco y Puno, con rangos que van desde el 36.7% al 40.9% de la población. En un nivel más bajo, se encuentran Amazonas, Apurímac, Junín, La Libertad, Lima Región, Lima Metropolitana, Piura y la Provincia Constitucional del Callao con un rango del 24% al 27.1%.
Y la pobreza también se arraiga y se hace fuerte en la informalidad. Hoy, a nivel nacional, la informalidad supone que ocho de cada diez trabajadores laboran en condiciones irregulares, mientras que en Lima, cuatro de cada nueve personas están subempleadas.
La Asociación de Contribuyentes del Perú calcula que la población total en vulnerabilidad se extiende a más de 21 millones de peruanos, de los cuales, 11.4 millones no cumplen con el umbral de pobreza, pero podrían caer en pobreza monetaria ante cualquier cambio en sus condiciones económicas, debido a la precariedad en los servicios básicos y el empleo, así como el alto costo de vida.
Los peruanos ganan menos, los precios suben más
La crisis actual, gatillada por eventos internacionales pero agravada por la ineficiencia del Ejecutivo, ha afectado los bolsillos de todos los peruanos. Por sectores económicos, los más perjudicados en cuanto a capacidad adquisitiva son trabajadores de las actividades agrícolas y comercio, donde los salarios en términos reales se sitúen hoy a niveles de hace 10 u 11 años, mientras se sigue agravando la precariedad del mercado laboral.
En la medida que la inflación galopante es impulsada por el alza en los precios de los alimentos, la población de los niveles socioeconómicos más vulnerabnles es la que se ve más perjudicada, porque en la mayoría de los casos gastan hasta el 50% de sus ingresos en la canasta básica de consumo.
Para entender la magnitud en la pérdida de poder adquisitivo, podríamos considerar que el encarecimiento de los alimentos afecta en un 50% a los estratos sociales más bajos de la ciudadanía, mientras que en los más altos, el impacto solo se concentra en un 20% del gasto familiar.
Nota: Este informe de la Asociación de Contribuyentes fue publicado originalmente en Perú21.