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Pedro Castillo, de victimario a víctima: ¿A quién beneficia su narrativa?

El abogado de Pedro Castillo, Guido Croxatto, asegura que su patrocinado no cometió un golpe de Estado el pasado 7 de diciembre, sino una infracción constitucional. Grupos radicales de izquierda respaldan esta postura, mientras que un artículo de The Economist advierte que este experimento izquierdista en América Latina puede ser perjudicial para el mundo entero en materia política y económica. 
Gabriela Llontop Publicado 5:44 pm, 22 Mayo, 2023

Guido Croxatto, abogado de Pedro Castillo, asegura que el expresidente no dio un autogolpe de Estado el pasado 7 de diciembre, sino que cometió una “infracción constitucional” al leer un discurso de tinte informal a nivel nacional. Como si fuera poco descalificar la veracidad e importancia de un mensaje a la nación, el jurista argentino también mencionó que resulta ilógico que su patrocinado sea acusado de rebelión, debido a que nunca contó con el apoyo de las fuerzas armadas.

“Piensa que él representa a los pueblos originarios, a los campesinos. Él no quiso darle su discurso a los abogados para que le dijeran que podría estar mal, simplemente lo leyó. Era un discurso que le acercaba a las bases populares, al pueblo”, comentó en una entrevista para El País.

Pero, ¿acaso, Castillo Terrones es inocente por “creer” que su mensaje a la nación hablaba solo en función al pueblo que decía defender? Si bien grupos radicales de izquierda defienden esta postura, sobre todo aquellos dirigentes que promueven marchas violentas en contra del gobierno de turno, lo cierto que el exjefe de Estado es el único responsable de cometer actos inconstitucionales que afectan seriamente el orden jurídico y democrático del país.

Otro pasaje interesante de la entrevista a Croxatto sobre el mensaje a la nacional de Pedro Castillo reza lo siguiente: “Hizo algo que rompía la lógica de la colonización, del eurocentrismo, del formalismo jurídico. Se salió de una lógica jurídica. Por eso defiendo que no le diera el discurso a los abogados”. A pesar de lo absurdo que suena su argumento, es importante tomarlo en cuenta, debido a que revela cómo la izquierda latinoamericana defiende su ideología basándose en pensamientos banales, aquellos que intentan reforzar esa dicotomía entre buenos y malos o ricos y pobres.

Estas afirmaciones solo revelan el objetivo divisionista que mantiene la izquierda en Latinoamérica: victimizar a sus líderes políticos para aprovecharse eternamente de los recursos del Estado, incluso, cuando esto trae serios problemas de salud pública, economía y educación a una nación con un 27.5% de personas en situación de vulnerabilidad. En Perú, alrededor de 8,19 millones de personas son pobres, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática.

Izquierda en Latinoamérica

Croxatto asevera que lo ocurrido en el caso de Castillo es un evento atípico, sin embargo, un análisis de The Economist revela cómo estas acciones particulares dentro de países de América Latina forman parte de un plan más grande y maquiavélico, el cual busca instaurar un nuevo modelo de gobierno socialista. México, Colombia, Chile, Argentina y Bolivia son naciones gobernadas por líderes de izquierda, mientras que Cuba, Venezuela y Nicaragua tienen a la cabeza a una izquierda autocrática representada por sus respectivos presidentes. En Latinoamérica, 12 de 19 países son dirigidos por partidos socialistas y/o comunistas, lo que representa el 92% de la población y el 90% del PBI regional.

¿Delito o infracción constitucional? 

Pese a los esfuerzos de los incondicionales escuderos de Pedro Castillo, y demás líderes de izquierda en países de América Latina, es importante recordarle a los ciudadanos que un victimario no puede convertirse en la víctima únicamente porque sus seguidores así lo pretenden. Los hechos indican que el exmandatario intentó cerrar inconstitucionalmente el Congreso y, por tal motivo, fue detenido por la Policía Nacional del Perú (PNP) en su camino a la Embajada de México. Según fuentes oficiales, el expresidente tenía intenciones de pedir asilo político.

Asimismo, es importante comentar que, mientras Castillo Terrones leía su discurso, aquel que Croxatto califica de informal, Salatiel Marrufo brindaba declaraciones ante la Fiscalía por el caso de corrupción detectado en el Ministerio de Vivienda. A esto se suma la votación en el Pleno del Congreso sobre la nueva moción de vacancia levantada en su contra. ¿Acaso fue el miedo el que provocó que atentara contra las instituciones democráticas del país o fue una decisión consensuada junto a sus asesores y ministros para apoderarse del control político del Perú?

Gabriela Llontop Periodista y redactora

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