Abandono en regiones: Protestas solo afectan el crecimiento social del país

Las regiones que protestan a favor de la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso y una Asamblea Constituyente concentran los índices más bajos de cobertura de servicios básicos. ¿La reestructuración de los Poderes del Estado y el cambio total de nuestra Constitución será capaz de revertir esta situación o es responsabilidad de los gobernantes de turno mejorar la calidad de vida de los ciudadanos? 

Lamentablemente, el Estado peruano tiende a olvidarse de las regiones en el interior del país desde hace varias décadas. Esto no solo se refleja con la falta de interés de los gobernantes por escuchar los reclamos de los peruanos provenientes del sur, norte o centro del país, sino que también se evidencia al observar cómo estas personas se ven perjudicadas al no poder satisfacer necesidades tan básicas como salud, educación o saneamiento.

Esto solo genera indignación y molestia en aquellos ciudadanos que no cuentan con recursos hídricos para cocinar a diario o con una posta de salud abastecida con medicinas que puedan tratar diversas patologías. 

La preocupación de este sector de la población suele ser aprovechado por grupos radicales que intentan posicionarse en el poder de manera indefinida, porque es factible para algunos convencer a estos ciudadanos de que el cambio de la Constitución Política de 1993 es la cura de todos sus males.

Pero, ¿acaso la modificación total de la Carta Magna es suficiente para evitar que estos ciudadanos continúen sin agua, desagüe, luz, hospitales y colegios? La respuesta es que no.

Pese a que muchos dirigentes y azuzadores de estas marchas violentas que exigen la renuncia de Dina Boluarte, el cierre de Congreso y un Asamblea Constituyente no logren admitir que el cambio de Constitución no es la solución, la realidad demuestra que los gobernadores regionales y congresistas son quienes deben promover cambios para sus propios departamentos. 

De acuerdo a un informe de La República, los departamentos con los puntajes más bajos en la cobertura de servicios básicos son Huancavelica (53.2), Huánuco (55.9), Ucayali (57), Apurímac (58.1) y Pasco (58.3).

En el apartado de fundamentos del bienestar, el cual hace referencia a la satisfacción y calidad de vida de los ciudadanos, regiones como Huancavelica y Madre de Dios lideran el ranking con un puntaje de 48.2 y 48.1, respectivamente. 

En cuanto a las oportunidades de crecimiento en estas regiones, es una lástima reconocer que Loreto (59.2), Ucayali (51.3) y Amazonas (53.4) cuentan con los niveles más bajos. Sin embargo, Madre de Dios (53.7), Puno (54.3) y Cajamarca (55.1) también se encuentran entre los 10 peores puntajes. 

Por este motivo, es una pena observar cómo las regiones más desatendidas por los gobiernos regionales y autoridades nacionales son los que más exponen sus vidas al exigir el cambio de la Constitución Política, incluso, cuando está claro que esto no los beneficiaría en absoluto y sólo permitiría que estos grupos radicales logren ingresar indefinidamente al poder.