Ministerio de Cultura: entre el despilfarro de millones, financiamientos cuestionados y ministros sin experiencia

Un informe periodístico reveló que el Ministerio de Cultura (Mincul) habría destinado más de S/500,000, proveniente del dinero de los contribuyentes, en la contratación de personal para la Oficina de Abastecimiento para cumplir funciones que los trabajadores regulares de la entidad ya desempeñan. La duplicidad de contratos pone en evidencia la comisión de serias irregularidades por parte de altos funcionarios de la cartera, quienes estarían actuando en contra del principio de meritocracia.

En detalle, se conoció que el Mincul contrató a analistas para que realicen, por ejemplo, compras menores a 8 Unidades Impositivas Tributarias (UIT), la elaboración de órdenes de servicios o la indagación de mercados de bienes y servicios por montos superiores a los S/18,000. Es decir, esta cartera gastó recursos de manera extraordinaria en la contratación de varias personas que hacen exactamente lo mismo. Incluso, cuando algunas de estas funciones pueden estar a cargo del personal contratado bajo un régimen laboral diferente.

Cuando la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, fue cuestionada al respecto, aseguró que estas contrataciones responden a la “falta de manos” dentro de la entidad y, a su vez, descartó que exista duplicidad de funciones y que se trata de puestos similares habilitados temporalmente. Por su parte, el sector que preside emitió un comunicado en donde rechazan categóricamente el reportaje tendencioso, pues “las contrataciones de personal para la Oficina de Abastecimiento del Ministerio de Cultura tienen como objetivo acelerar la ejecución presupuestal a nivel nacional”.

UN MINISTERIO CUESTIONADO

No es la primera vez que el sector afronta cuestionamientos. Entre las polémicas más recientes se encuentra el financiamiento millonario a películas y cortometrajes con una característica similar: la mayoría son de corte izquierdista y, por ejemplo, realzan la imagen de líderes políticos con quienes todos los peruanos no se identifican. La recientemente estrenada “Rojo Profundo”, que cuenta la vida del político socialista Javier Diez Canseco, es prueba de ello.

La Dirección del Audiovisual, Fonografía y Nuevos Medios (DAFO) es la encargada de incubar proyectos de diversa índole. Sin embargo, existen registros que demuestran que el dinero de los contribuyentes es utilizado para traer a la pantalla grande largometrajes como “La Revolución y la Tierra” (S/145,000), “Río Profundo” (S/119,000) o “El Viaje y la Pasión de Javier” (S/145,000). Si bien no se puede probar la existencia de un sesgo ideológico, resulta curioso el interés particular en este tipo de cintas.

MINISTROS POCO IDÓNEOS

Un hecho fuertemente cuestionado de la gestión de Pedro Castillo era su incapacidad para nombrar ministros con un perfil idóneo para el cargo. Si observamos el paso de los altos funcionarios de la cartera de Cultura entre 2021 y 2022, podemos observar que la mayoría no cuenta con experiencia en gestión de proyectos culturales. Tal es el caso de la abogada Gisela Ortiz, quien se mantuvo en el cargo durante escasos 4 meses.

Otro ejemplo es el jurista y defensor del exmandatario, Alejandro Salas, quien dejó la cartera de Trabajo y Promoción del Empleo para presidir el sector en febrero de 2022. Durante su gestión en el Ministerio de Cultura se produjo el derrumbe de la muralla sur de la fortaleza de Kuélap, en Amazonas; desastre que no fue capaz de atender, lo cual provocó el cierre del atractivo turístico y la pérdida de millones de soles.

Betssy Chávez, quien hoy cumple una prisión preventiva de 18 meses en el marco de las investigaciones por el golpe de Estado del pasado 7 de diciembre, también pasó por el Mincul a pesar de no contar con experiencia en artes o temas relacionados. La congresista de Perú Libre y abogada, Silvana Robles, fue la última en presidir la cartera sin contar con aptitudes idóneas para el puesto.