“El Congreso no ha sabido plantear salidas a la crisis, estas alianzas son sinónimo de permanencia”

El Pleno del Congreso elegirá, el miércoles 26, a su nueva Mesa Directiva, en medio de la crisis social, política y económica que azota al país. Así, los congresistas deberán elegir entre dos listas. La primera liderada por Alejandro soto de Alianza para el Progreso e integrada por Hernando Guerra García, Waldemar Cerrón y Rosselli Amuruz. La segunda lista es presidida por Luis Aragón de Acción Popular, Edgard Raymundo, Paul Gutiérrez y Elia Varas.

Ambas listas han sido cuestionadas. La de Soto generó malestar en la izquierda parlamentaria, puesto que es una alianza con el fujimorismo. En tanto, desde Renovación Popular cuestionaron la medida por aliarse con la izquierda extrema. La lista de Aragón es cuestionada porque el parlamentario es sindicado como uno de los “Niños” de Pedro Castillo.

El analista político, José Carlos Requena, consideró que las estrategias no cuentan con un enfoque adecuado, debido a que los congresistas parecen no comprender lo que ocurre en el Perú y lo que significa democracia, sino que, por el contrario, sus acciones son interpretadas a modo de cuidarse únicamente las espaldas y sus intereses particulares.

Por esta razón, pese a que presenten listas conformadas por bancadas de derecha o izquierda, el desenlace será poco óptimo para el país. “El Congreso no ha sabido plantear salidas a la crisis. Las alianzas en la actualidad responden más a un afán de permanencia. Es una impunidad mutua, tú me proteges y yo te protejo. Así es muy difícil encontrar salidas”, explicó a Vigilante.pe.

Así, en lugar de frenar la crisis, esta se estaría prolongando la explosión nociva de opiniones polarizadas entre ambos frentes. Requena mencionó que no es solo la presidente Dina Boluarte la que debe rendir explicaciones en su próximo mensaje a la Nación, sino que es el Congreso el que debe ser sincero ante los casi 33 millones de ciudadanos que esperan una gestión que atienda realmente sus necesidades.

“El Congreso, más que la presidenta, tiene una expectativa de permanencia mucho más clara, sea por razones principistas o de otra índole, pero el interés es mayor. Yo hablo del Congreso como conglomerado, al ser una colectividad puede resultar injusto hablar como de una unidad que se modera sola. Lo que cuenta son los votos, pero la dinámica se mueve en la permanencia”, sentenció.