Los cuatro motores de la economía peruana están sin combustible: ¿Cómo nos afecta?
A la caída de la inversión privada, se suma una menor actividad productiva para este y el próximo año, un menor precio de los metales, la crisis agraria y más de dos mil obras de infraestructura paralizadas.
Más allá la ilusión recaudatoria de la Sunat en 2022, que presenta como gran logro los S/154 mil millones que calcula recaudar al cierre del año —lo que no dice es que esto se debe al efecto de la alta inflación y no porque haya más empresas o personas que pagan impuestos—, los datos y la evidencia confirman que la economía peruana está en crisis.
Veamos. A la caída de la inversión privada, se suma una menor actividad productiva para este y el próximo año, un menor precio de los metales, la crisis agraria y más de dos mil obras de infraestructura paralizadas, según la Contraloría.
Todo ello conllevará a menores ingresos fiscales para el 2023, a pesar de los planes del gobierno para aumentar el gasto público, como parte de un paquete de medidas que el MEF ha denominado Impulso Perú, que no podrá reactivar la economía si el gobierno no genera confianza.
Toda economía tiene cuatro motores: el consumo privado, el gasto público, la inversión privada y las exportaciones. El problema es que el Perú, todos están gravemente afectados.
1. El consumo privado. Tendrá una marcada desaceleración en el periodo julio-agosto, según el indicador de Consumo del BBVA Research. La alta inflación (8.8% a agosto de 2022) y el alza de los tipos de interés (hasta 6.75%), los niveles más altos desde la crisis financiera de 2009, afectarán el consumo.
Además, los ingresos siguen por debajo del nivel prepandemia (1%) , a julio del 2022, mientras que el alza de los precios de alimentos afecta también al consumo las familias peruanas.
2. La inversión privada. Esta cerraría el año en 0%, según anticipó el BCR para este 2022. Otras instituciones privadas son más pesimistas y prevén una contracción. Lo que sí es seguro, es que la confianza empresarial está en el tramo pesimista y sin señala de salir de ahí.
La sobrerregulación del mercado laboral (tercerización y sindicatos) y los conflictos sociales (113 activos), en otras medidas populistas del gobierno, dan un mensaje muy claro a los inversionistas: Perú no es ahora un buen destino.
3. Las exportaciones. La producción minera en julio cayó 6 %, mientras que la producción agrícola lo hizo en 3%, lo que afectará los envíos al exterior. Además, el precio del cobre –el principal metal de exportación peruana– redujo su valor en el mercado internacional en un 24% desde marzo de este año.
Así, tenemos que todos los canales privados, consumo, inversión y exportaciones, no parecen marcar la ruta de la recuperación económica hasta nuevo aviso.
4. El gasto público. Este debería de ser el motor de la economía cuando los demás fallan, en especial la inversión pública. Pero este tampoco está funcionando.
El año pasado se dejaron de ejecutar S/ 29 mil millones en obras. Por si fuera poco, la corrupción se llevó S/ 24 mil millones, casi un tercio de la recaudación prometida por la Sunat.
Cada año las ineficiencias del Estado le cuestan al Perú el 2.5% de su PBI, según el Banco Interamericanode Desarrollo (BID); y se pierde el 40% de los beneficios sobre la inversión pública, según el FMI.
Así, el gasto público y la inversión pública tampoco serán un motor para la economía por el momento.