Otro discurso de Pedro Castillo que la realidad y los hechos desmienten
Redacción Vigilante
Publicado 3:26 pm, 8 Agosto, 2022
Desde Junín, el mandatario arremetió contra el Legislativo y la prensa, pero su inconsciente le jugó otra vez en contra: “No les gusta que ya me haya sometido a sobornos”, dijo textualmente.
Al igual que con en su mensaje por Fiestas Patrias, analizamos el último discurso del presidente Pedro Castillo en el santuario histórico de Chacamarca, por el 198º aniversario de la Batalla de Junín, y lo confrontamos con hechos y datos que evidencian una realidad distinta a la que pretende ofrecer el mandatario.
Una vez más, Castillo se presentó como una víctima de los medios de comunicación, a los que tildó de “pasquines”, porque -dijo- buscan “crear fantasmas de corrupción”.
“En todo el país, seguimos batallando contra esas fuerzas realistas que hoy se han convertido en golpistas de la verdadera democracia que no tienen el valor y coraje de pedir vacancia en una plaza del pueblo”, dijo el mandatario.
Pero la realidad nos dice que Castillo y su entorno (su esposa, cuñada, sus sobrinos y otros exfuncionarios de su confianza) acumulan 13 investigaciones fiscales en apenas un año; solo el presidente afronta cinco pesquisas abiertas el Ministerio Público, cuatro por corrupción.
“Voy a sentirme obligado a realizar una cruzada junto con el pueblo peruano a favor de la democracia, para defender al pueblo peruano”, se le escuchó decir en otro momento de su discurso.
Pero otra vez, los hechos nos dicen que estamos ante un presidente al que la fiscalía acusa de obstruir el trabajo de la justicia, de encubrir a los prófugos de su entorno y que busca anular las investigaciones en su contra a través de una serie de recursos legales.
Castillo también dijo que con esa supuesta cruzada busca “devolverle al pueblo peruano escuelas y hospitales”, como si por arte de magia revertirá la manifiesta incapacidad de gestión de su gobierno que los datos y cifras oficiales confirman.
Solo en el primer trimestre de este año, la inversión pública del gobierno nacional cayó 22.5%, y si hablamos de educación y salud, la situación es peor todavía.
Por ejemplo, el Proyecto Especial Escuelas Bicentenario del Minedu apenas ejecutó 0.9% de su presupuesto, mientras que el Programa de Creación de Redes Integradas en Salud del Minsa solo gastó un 0.4%.
Y pese a la fragilidad política de su gobierno y a su complicada situación legal, Castillo lanzó una suerte de ultimátum a la oposición. “Tiendo la mano por última vez a las fuerzas políticas para sumar esfuerzos”, dijo sin dar más detalles.
Sea como fuere, el presidente parece sentirse seguro frente a un Congreso fraccionado y tan o más desprestigiado que él, que además no ha dado muestras hasta el momento de estar a la altura de las circunstancias.
“Esto es producto de que Pedro Castillo se siente más envalentonado, sabe que no le pasa nada. Sigue sobreviviendo políticamente y se siente más empoderado para amenazar”.
Yesenia Álvarez, analista y directora del Instituto Político para la Libertad Perú.