Fecha: 14 noviembre, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.362

Recesión y baja inversión pública afecta a más de 350 mil trabajadores en Cusco

La economía cusqueña atraviesa su período más prolongado de contracción desde la pandemia. La caída del turismo, la menor inversión pública y la desaceleración minera han hundido al sur andino en una recesión que amenaza el empleo de miles de personas.
Redacción Vigilante Publicado 4:09 pm, 13 noviembre, 2025

Mientras el Perú se encamina a cerrar el año con un crecimiento nacional cercano al 3%, el Cusco continúa en retroceso. Según el más reciente análisis de Phase Consultores, la región se mantiene en recesión, sumando varios meses de contracción en su actividad económica. Otros estudios —como los del Instituto Peruano de Economía— y cifras oficiales precisan que la región acumula tres trimestres consecutivos de caída, con una variación promedio de –5,7%, su peor desempeño desde la pandemia.

El golpe económico tiene múltiples causas. La desaceleración del turismo, que es el principal motor de la economía cusqueña, aún no recupera el flujo de visitantes nacionales e internacionales, afectando hoteles, restaurantes, transporte y comercio. A ello se suma la parálisis parcial de la minería, que representa cerca del 20% del PBI regional, y una caída en la inversión pública que, según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), retrocedió más de 32% interanual durante el primer semestre de 2025.

Sectores en caída libre: turismo, construcción y minería

El turismo atraviesa una temporada baja más prolongada de lo habitual. La llegada de visitantes a Machu Picchu se redujo en más de 20% durante el primer semestre, según cifras del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), lo que repercute directamente en miles de micro y pequeñas empresas locales.

El sector construcción tampoco logra despegar. Las obras públicas avanzan a ritmo lento debido a la baja ejecución de los gobiernos locales y regionales. Datos del MEF muestran que, hasta septiembre, la inversión pública en Cusco alcanzó apenas el 47% de su presupuesto anual, muy por debajo del promedio nacional. Este estancamiento se traduce en menos empleo temporal y una menor demanda de materiales, transporte y servicios auxiliares.

La minería metálica, otro pilar de la economía cusqueña, muestra un comportamiento irregular. La producción de cobre —principal mineral de la región— cayó 8,2% interanual en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Esto responde a mantenimientos programados y a la menor extracción en proyectos medianos, mientras que las nuevas inversiones permanecen a la espera de condiciones más estables.

Empleo y vulnerabilidad regional

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2024, del INEI, el Cusco cuenta con cerca de 770 mil personas ocupadas. De ese total, alrededor del 45% (unas 345 mil personas) depende directamente del turismo y sus servicios asociados —alojamiento, restaurantes, transporte y comercio vinculado—, según reportes del Mincetur y del Observatorio de Turismo del Cusco.

A ello se suman los empleos generados por la minería (alrededor de 25 mil directos y 70 mil indirectos) y la agricultura (unos 120 mil). En conjunto, más de 350 mil trabajadores estarían expuestos a los efectos de la recesión, una cifra que refleja la alta dependencia de la región respecto a actividades vulnerables a las crisis externas y la falta de diversificación productiva.

Cusco, que fue símbolo de recuperación pospandemia, atraviesa ahora una etapa crítica. Sin un plan de reactivación focalizado y sostenible, la región podría cerrar el año con un cuarto trimestre consecutivo de crecimiento negativo, lo que pondría a prueba la capacidad de respuesta de las próximas autoridades.

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