Cultivos de hoja coca en Perú crecen en casi 20.000 hectáreas en un año
Devida informó que, a nivel nacional, los cocales pasaron de 60 mil a 80 mil hectáreas en un año. Solo en el Vraem aumentaron en 14%. Expertos señalan que en el gobierno de Pedro Castillo hay una doble agenda en cuanto al narcotráfico y la coca ilegal que hará retroceder al país a los peores momentos de la década de los 90.
Desde el inicio de la gestión de Pedro Castillo se conoció su plan por respaldar a los cocaleros del VRAEM y otras regiones con políticas como la implementación de un nuevo padrón de productores, una política inviable de auto erradicación y otras medidas que se complementan con pretensiones de sectores radicales de estos grupos que tienen además el respaldo de congresistas, como Guillermo Bernejo que buscan “industrializar” cultivos ilegales de hoja de coca que se destina al narcotráfico.
A ello se suma que el gobierno impulsa una estrategia para la desactivación de 40 bases de las Fuerzas Armadas de la zona del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Marañón (Vraem), ante lo cual especialistas alertaron es que la política poco clara del gobierno solo generaría que los cocales crecieran en beneficio del crimen organizado.
Y en efecto, así fue: la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) acaba de publicar el último informe sobre la situación de los cultivos ilegales de hoja de coca en el país, los cuales evidencian que la superficie a nivel nacional cultivada llegó a 80,681 hectáreas, frente a las 61,777 registradas en 2021, un aumento de 20 mil hectáreas en un año.
Los resultados del informe corresponden a la supervisión de 19 zonas de cultivo de hoja de coca en 13 regiones del país, 45 provincias y 169 distritos.
Lo relevante es que en la zona más importante de producción de droga y en donde conviven narcotraficantes y remanentes de Sendero Luminoso, el VRAEM, las plantaciones pasaron de ser 27,994 hectáreas en 2021 a 32,106 hectáreas este año. Lo que equivale a un aumento del 14%.
A este escenario se suma que se monitorearon cinco nuevas áreas: Amazonas, Bajo Huallaga, Bajo Ucayali, Camanti y Madre de Dios. En tanto, los lugares donde hubo mayor crecimiento fue en la región Loreto, específicamente en Contamana y Callería.
Para el especialista en temas de narcotráfico, Pedro Yaranga, esta situación “es una muestra del total abandono de la lucha contra el narcotráfico en el último quintenio”. “Mientras el gobierno paraliza la erradicación de cultivos de coca en el Vraem, algunos agricultores como el caso en el distrito de Pangoa, distrito de Satipo (Junin), piden erradicación, porque el precio de la hoja de coca se mantiene inestable desde hace un año”, afirmó.
Por su parte, el exministro del Interior Rubén Vargas remarcó que “hay una doble agenda en cuanto al narcotráfico y la coca ilegal en este Gobierno”. “Por un lado, pretenden decir que están erradicando, pero lo hacen en zonas sin mayor importancia y, en aquellas en donde sí se tiene que tener una posición firme, hay un acuerdo político (…) Eso nos conduce a un escenario de drogas y narcotráfico similar a la década de los 90; es decir, al peor momento en la historia negra del narcotráfico”, declaró a Perú21.
Cabe recordar que el gobierno cedió a la petición de a Federación de Productores Agropecuarios del Vraem (Fepavraem) tras anunciar un paro de 48 horas para el 12 y 13 de setiembre, con la finalidad de conformar una mesa de diálogo para que atiendan sus demandas. Ante ello, el secretario general del Ministerio del Interior, Walter Maguiña, informó a nombre del ministro Willy Huerta, que se “dispuso la paralización inmediata de la erradicación forzosa y compulsiva de cultivos en la jurisdicción de la Federación”.