Editorial: Inadmisible atentado contra la prensa

El secuestro de periodistas por parte de la rondas campesinas en Cajamarca no es un hecho aislado, es producto de discurso del presidente Castillo contra los medios de comunicación.

Los constantes ataques a medios y periodistas por parte del gobierno de Pedro Castillo y sus aliados llegaron a su punto más crítico con el secuestro y amenaza de muerte a un equipo periodístico de Cuarto Poder por parte de un grupo de entre 40 y 50 ronderos del distrito de Chadín, provincia de Chota, en Cajamarca.

El reportero Eduardo Quispe y el camarógrafo Elmer Valdiviezo fueron retenidos durante horas, les quitaron la cámara y sus celulares, y los obligaron a pedir disculpas en televisión nacional por el reportaje que emitió Cuarto Poder el último domingo 3 de julio que evidenció que Yenifer Parades, cuñada del presidente Castillo, ofreció una obra de saneamiento de forma indebida, sin ser funcionaria y en compañía de un contratista del Estado.

Este tipo de ataques, que no se pueden aceptar en ninguna democracia, vienen siendo alentados, lamentablemente, por el propio Castillo, que ha sido el principal azuzador contra la prensa, hoy como presidente y antes en campaña.

Así como el equipo de Cuarto Poder, la plataforma Vigilante.pe fue una de las víctimas de los abusos del presidente, quien el día 12 de abril enviaría una carta notarial en tono amenazante a uno de nuestros directores. Días después, uno de sus sobrinos intentaría demandarnos por razones absolutamente injustificadas que felizmente no fueron aceptadas por las autoridades.

¿Qué han dicho el mandatario o el nuevo ministro del Interior sobre lo ocurrido en Cajamarca? Nada relevante. Diez horas después de conocidos los hechos, Castillo, que se presenta como “rondero”, solo atinó a mandar dos escuetos tuits en el que rechaza “enérgicamente todo acto de violencia que vulnere las libertades personales, así como la libertad de prensa y expresión. Somos respetuosos del Estado de Derecho”. Por su parte, el titular del Mininter no puede “asegurar si son o no ronderos” y tampoco puede decir si “fue o no secuestro”. 

Así, el desgobierno y caos que se perciben en estas tibias y cobardes declaraciones, se confirman en el hecho de que hasta el momento no hay ningún detenido por el secuestro, coacción y robo de equipos a periodistas de Cuarto Poder.

Desde Vigilante.pe nos sumamos a las muestras de solidaridad y apoyo hacia nuestros colegas periodistas secuestrados en Cajamarca, y expresamos nuestro absoluto repudio a este tipo de actos de violencia inadmisibles, generados indirectamente por la crisis de institucionalidad en la que nos tienen sumidos las actuales autoridades del Poder Ejecutivo.