Lo que evidencian las fotografías en las que se ve a Roberto Aguilar Quispe, un joven proveedor del Estado, y Pedro Castillo en un partido de futsal, y cómo se relaciona con otros hechos que ya son de conocimiento público, además de ratificar el absoluto desprecio por la transparencia de este gobierno.
A finales de febrero pasado, las alarmas se encendieron cuando se reveló que Roberto Aguilar Quispe, un ingeniero de 27 años apenas graduado en 2021, había logrado, en tiempo récord, lo que muchos profesionales de su rubro, con más años e incluso décadas de experiencia que él, jamás habrían soñado: amasar millonarios contratos por obras con el Estado.
Su empresa, INIP Ingeniería Integración de Proyectos S.A.C, de la que es gerente general y rostro visible, se asoció con importantes constructoras chinas y ganó licitaciones por más de 580 millones de soles desde el inicio del gobierno de Pedro Castillo. Lo curioso es que alguien que maneja ese volumen de montos no tenga propiedades ni vehículos a su nombre.
Las dudas y sospechas eran legítimas. Luego vino el testimonio de la lobista y aspirante de colaboradora eficaz Karelim López, quien denunció que había una mafia enquistada en el MTC para direccionar obras públicas, de la que serían parte el presidente Castillo y su entorno más íntimo.
En esa declaración, López implicó como parte de esa mafia a Roberto Quispe Aguilar, quien fundó INIP con su hermano mayor, Alejandro Aguilar Quispe. Este sería el verdadero dueño de esa empresa que se creó con un capital social de S/100 millones, monto que se sustentó presentando un “bono de reconstrucción” emitido en 1983. INIP no tenía ninguna experiencia en licitaciones hasta que llegó Pedro Castillo a Palacio y su suerte cambió.
Quien sí había contratado antes con el Estado era Alejandro Aguilar Quispe, a través de su empresa Integrales Endemas SAC, entre 2016 y 2018, pero en marzo del 2021 esta firma fue inhabilitada de manera definitiva por presentar documentos falsos para ganar concursos públicos. Cinco meses después funda INIP con su hermano menor, Roberto Aguilar Quispe.
Según Karelim López, Alejandro Aguilar tiene vínculos además con el grupo de congresistas de Acción Popular que bautizó como ‘Los niños’, que suelen votar en temas claves con el oficialismo y que han salvado al presidente Castillo de dos intentos de vacancia, a cambio, presuntamente, de beneficiarse con obras públicas. La lobista ya entregó un USB a la fiscalía con información sobre los negociados en el MTC de obras que entregadas a INIP.
Tras las revelaciones de Karelim López, Roberto Aguilar Quispe negó todo y juró que no conoce al presidente Castillo, a sus sobrinos ni a nadie de su entorno. Lo mismo hizo el mandatario: lo negó todo y se victimizó en cadena nacional. Pero unas imágenes que reveló Vigilante.pe este domingo 10 de abril evidenciarían lo contrario.
Las fotografías, sometidas a dos peritajes independientes, ubican a Roberto Aguilar Quispe y a Pedro Castillo en una ‘pichanga’ en la Videna el 5 de diciembre del año pasado. Ahí estuvieron también los hoy prófugos de sobrinos del presidente, Fray Vásquez y Gian Marco Castillo, así como personal de seguridad del Estado a cargo de cuidar al mandatario.
Esto agrava la situación legal de Roberto Aguilar Quispe que habría mentido no solo en los medios sino también ante el Congreso bajo juramento, y debilita aún más la precaria condición política del presidente, que ha mostrado desde el inicio de su gestión un desprecio absoluto por la transparencia. “Si el peritaje oficial confirma que es el proveedor, se reabriría la puerta de la vacancia”, dijo la congresista no agrupada Susel Paredes.
Por lo pronto, ya la Comisión de Fiscalización tomará las primeras medidas, al pasar al pasar a Roberto Aguilar a la condición de investigado y como tal solicitar que se le levante el secreto bancario y de las comunicaciones, además de citar y entrevistar a los peritos independiente que analizaron las imágenes que obtuvo vigilante.pe. Así como están las cosas, más temprano que tarde, la verdad se abrirá paso.