Las dos marchas que marcaron la jornada de protestas en Lima
Lo que se vio este martes 5 de abril fueron movilizaciones totalmente opuestas: una en la plaza San Martín, masiva y pacífica, en rechazo al gobierno de Pedro Castillo y en la que se cantaba Contigo Perú, y la otra, en la avenida Abancay, donde vándalos atacaron las sedes del Ministerio Público, el Poder Judicial, entre otros locales y negocios particulares.
La jornada de protestas que se vivió en Lima este martes 5 de abril, en medio de un toque de queda ilegal, arbitrario e improvisado que había decretado por 22 horas el Gobierno, tuvo dos manifestaciones opuestas: una marcha masiva y pacífica, en la que miles de peruanos, muchas familias enteras, desde diferentes puntos de la capital, llegaron hasta la plaza San Martín para expresar su rechazo a la gestión del presidente Pedro Castillo y exigir su renuncia al cargo, y la otra fue una movilización básicamente de vándalos que se aprovecharon de las circunstancias para sembrar caos y destrucción.
La jornada empezó con el malestar que generó en miles de ciudadanos por los problemas de movilidad con los que amaneció la capital, debido a la suspensión intempestiva del transporte como parte de la inmovilización social obligatoria decretada en Lima y Callao.
“Mira la hora en que avisaron, yo estaba descansando porque soy de las personas que tienen que madrugar”, explicaba a América Noticias uno de los ciudadanos desde el paradero Puente Nuevo que no logró encontrar un bus para ir a trabajar.
Castillo había anunciado el toque de queda el lunes 4 casi al borde la medianoche, pero horas después, en el Congreso, tuvo que retroceder ante las críticas y el rechazo, y anunció que la inmoviliación social quedada sin efecto, pero nunca lo oficializó. Ya la medida se extingió a las 11.59 pm del martes 5.
La paralización de la mayoría de actividades -salvo las esenciales- tuvo costo de hasta S/1,000 millones al país, un punto del crecimiento del PBI de abril, según exministro Alonso Segura. El toque de queda afectó a tres de cada cuatro trabajadores.
Además, esa medida, lejos de evitar las marchas y manifestaciones por el paro de transportistas, exacerbó más los ánimos de la cuidadanía frente a la incapacidad y la improvisación del Gobierno para atender los problemas más urgentes del país, marcados por la fuerte alza de precios de los alimentos y combustibles y la falta de empleo.
Después del mediodía también empezaron las expresiones de protesta con los llamados ‘cacerolazos’ que se registraton en distritos como Lince, Miraflores, Jesús María, San Isidro, Cercado, Comas y Barranco.
Caos y violencia
Pero mientras miles de ciudadanos protestaban contra el Gobierno de forma pacífica y cantando Contigo Perú en la plaza San Martín, a unos metros de ahí, en la avenida Abancay, un grupo de vándalos aprovechaba el malestar y descontento popular para perpetrar ataques a instalaciones públlicas y privadas.
La turba atacó las sedes del Ministerio Público y el Poder Judicial, intentó entrar al Jurado Nacional de Elecciones y destruyó negocios privados, como un local de la cadena Tambo, ubicado en la cuadra ocho de la avenida Emancipación. También provocó daños materiales en la estación Colmena del Metropolitano.
Los enfrentamientos con las fuerzas del orden dejaron al menos cuatro civiles y 17 policías heridos así. Incluso los vándalos destruyeron un patrullero a pedradas.