Fecha: 21 octubre, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.368

El efectivo es esencial: advierten sobre los riesgos de una digitalización monetaria sin inclusión

En un país donde cuatro de cada cinco hogares rurales carecen de Internet, eliminar el dinero efectivo significaría profundizar la exclusión financiera. La Asociación de Contribuyentes del Perú advierte que el debate sobre la digitalización monetaria debe centrarse en la inclusión y la libertad de elección, no en reemplazar un sistema por otro.
Redacción Vigilante Publicado 12:33 pm, 21 octubre, 2025

En muchas comunidades del interior, los agricultores y pequeños comerciantes siguen dependiendo del efectivo para trabajar. En zonas donde solo el 20,5 % de los hogares rurales tiene acceso a Internet —según el Instituto Nacional de Estadística e Informática—, los pagos digitales no son una opción real. Allí, el dinero físico sigue siendo el medio más seguro y práctico para comprar insumos, vender productos o pagar servicios.

Dinero digital: un motor de progreso, pero no para todos

El dinero digital ha transformado la economía moderna. Ha impulsado emprendimientos, facilitado el acceso al crédito y generado empleo. Las billeteras móviles y los pagos en línea han acercado el sistema financiero a millones de peruanos, sobre todo en las ciudades.

Sin embargo, en lugares donde la conectividad es limitada o en situaciones de emergencia, el efectivo puede ser vital. Durante las lluvias del fenómeno de El Niño Costero en 2017, por ejemplo, los apagones en Piura dejaron sin conexión a cientos de negocios. Sin electricidad ni Internet, las tiendas no podían cobrar con tarjeta, y solo quienes tenían billetes pudieron comprar alimentos, agua y medicinas.

Un hecho similar ocurrió en febrero de 2025, cuando un corte de energía dejó sin luz por más de 15 horas a las regiones de Tumbes y Piura, afectando también los servicios de telecomunicaciones y de pago electrónico. La empresa Enosa confirmó que la falla en una línea de transmisión afectó a miles de hogares y comercios. En simultáneo, el OSIPTEL reportó que más de 249 antenas de telefonía e Internet quedaron fuera de servicio por las lluvias, dejando incomunicadas a más de 209 mil personas. En esas horas, los pagos digitales se volvieron imposibles, y el efectivo fue la única forma de mantener las transacciones básicas.

Lecciones internacionales

En Chile, los desastres naturales han dejado lecciones similares. Tras el terremoto de Coquimbo de 2015 (magnitud 8,4), el 26,3 % de los cajeros automáticos de la región quedaron fuera de servicio. Durante esos días, miles de personas no pudieron acceder a su dinero electrónico ni retirar efectivo, lo que obligó a depender del dinero físico disponible para cubrir sus necesidades más urgentes.

En Alemania, uno de los países más desarrollados del mundo, más del 60 % de la población todavía paga en efectivo, según datos del Bundesbank. No se trata de una falta de tecnología, sino de una decisión consciente basada en la autonomía, la privacidad y la prudencia frente a los riesgos digitales.

Estos ejemplos confirman que incluso las economías más avanzadas promueven la coexistencia de ambos sistemas, reconociendo que la modernidad también implica libertad de elección.

Inclusión, innovación y libertad: los pilares del equilibrio financiero

Desde la Asociación de Contribuyentes del Perú se plantea que el verdadero desafío no es eliminar el efectivo, sino integrarlo al progreso digital. Para lograrlo, es necesario mapear los “desiertos de efectivo” —zonas donde la infraestructura bancaria o digital es insuficiente— y priorizar la inversión pública y privada en esos lugares.

También se propone mantener y ampliar la red de cajeros automáticos y agentes bancarios, mejorar la seguridad ciudadana y proteger la privacidad de los usuarios en las transacciones digitales.

En un país tan diverso como el Perú, la verdadera modernidad no consiste en imponer una sola forma de pagar, sino en garantizar que cada ciudadano pueda decidir cómo hacerlo.

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