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El silencio de la izquierda peruana frente a las dictaduras: ¿qué dice Vicente Alanoca?

Vicente Alanoca, candidato presidencial de Nuevo Perú, evita calificar como dictaduras a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Su ambigüedad revive un patrón en la izquierda peruana que genera dudas sobre su verdadero compromiso con la democracia.
Redacción Vigilante Publicado 12:02 pm, 31 julio, 2025

Vicente Alanoca ha sido anunciado como el candidato presidencial del partido Nuevo Perú, la organización de izquierda fundada por Verónika Mendoza. Su postulación marca un nuevo intento de consolidar un proyecto progresista en el país, aunque cargado de contradicciones y ambigüedades que generan preocupación incluso entre sectores democráticos de izquierda.

Durante una reciente entrevista con el periodista César Hildebrandt, Alanoca fue confrontado con una pregunta elemental para cualquier defensor de la democracia: ¿Cuba, Venezuela y Nicaragua son dictaduras? Su respuesta fue evasiva, con frases como: “Venezuela y Nicaragua son experiencias distintas”; “Hay acciones dictatoriales, pero cada país tiene su propia realidad”; y “Cuba tiene un proceso histórico dictatorial, pero hay que inducirla a una democracia más participativa”.

Estas declaraciones no solo han causado polémica por su falta de contundencia, sino que reavivaron un patrón que parece marcar a la izquierda radical peruana frente a regímenes autoritarios si estos se alinean ideológicamente.

Un poco de historia: ¿qué dicen los hechos?

Venezuela, gobernada por Nicolás Maduro desde el 2013, ha sido calificada como una dictadura por diversos organismos internacionales. Según el Informe de la Misión de Determinación de los Hechos sobre Venezuela de la ONU, del 2022, el gobierno de Maduro ha incurrido en «crímenes de lesa humanidad», incluyendo detenciones arbitrarias, torturas, y represión sistemática de la oposición política.

Nicaragua, bajo el liderazgo de Daniel Ortega, ha llevado a cabo elecciones sin competencia real y ha encarcelado a decenas de opositores desde el 2018. El Parlamento Europeo lo calificó oficialmente como un régimen autoritario en múltiples resoluciones desde el 2021.

Cuba, bajo el mando del Partido Comunista desde 1959, no permite elecciones multipartidistas ni prensa independiente. Organismos como Freedom House la califican como un estado «no libre», y Human Rights Watch documenta represión sistemática contra periodistas, activistas y ciudadanos disidentes.

Una tendencia en la izquierda peruana

La ambigüedad de Alanoca no es aislada. Durante su campaña presidencial, Pedro Castillo evitó calificar al régimen de Maduro como dictadura. Incluso ya siendo presidente, en el 2021, en una entrevista con CNN en Español, Castillo declaró que “no se puede intervenir en la soberanía de otros países”, esquivando cualquier crítica directa al chavismo.

Por su parte, Verónika Mendoza —fundadora de Nuevo Perú y principal impulsora de Alanoca— también ha evitado condenar frontalmente a estos regímenes. En el 2017, declaró en una entrevista con La República que “Venezuela vive una crisis” y criticó las sanciones internacionales, afirmando que “la solución no puede venir de afuera”.

La evasiva constante de estos políticos de izquierda para condenar dictaduras afines a su ideología ha sido interpretada por analistas como una estrategia electoral para no perder el apoyo dentro de sus bases más radicales. Sin embargo, también siembra dudas legítimas sobre su compromiso real con los principios democráticos.

La candidatura de Vicente Alanoca representa una nueva cara de la izquierda progresista peruana. Pero su incapacidad para condenar regímenes dictatoriales plantea una pregunta crucial para el electorado: ¿queremos líderes que defiendan los derechos humanos sin importar el color político del opresor, o vamos a seguir tolerando el doble estándar ideológico? El debate no es solo sobre Venezuela o Cuba. Es sobre la calidad democrática que estamos dispuestos a exigir en el Perú.

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