Fecha: 3 mayo, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.651

Informalidad: un trabajador formal produce seis veces más que un informal

Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), un trabajador formal genera seis veces lo que un informal produce. Es decir, la informalidad es sinónimo de baja productividad. No obstante, el alto costo y engorroso proceso de la formalización son factores que impiden que los emprendedores entren al ámbito formal. 
Francisco Erazo Publicado 3:12 pm, 2 mayo, 2025

En Perú, el 71% de los trabajadores del país son informales, según el INEI. Este alto nivel de informalidad tiene un impacto directo en la productividad nacional. El IPE señaló que, en promedio, un trabajador formal produce seis veces más que un informal. De hecho, en sectores como agricultura, comercio o manufactura, los trabajadores son entre 3 y 5 veces más productivos que los informales. En el sector minero, son hasta 16 veces más productivos.

Pese a ello, el camino a la formalidad sigue siendo un proceso difícil y engorroso La Encuesta Nacional de Empresas reveló que el 90,6% de las MYPES consideraron que la excesiva carga tributaria y la abusiva fiscalización son factores que impiden su formalización.

No solo hablamos de costos por trámites administrativos, que ya de por sí marean al emprendedor en un proceso fastidioso, también de los costos por infraestructura para poder cumplir con los requisitos de formalización. Por otro lado, los negocios que viven del día a día, al perder un día de trabajo o dos por embarcarse en procesos altamente burocráticos, pierden ventas, lo que se traduce en menos ingresos para su familia y trabajadores.

De acuerdo con el documento “Radiografía de la informalidad” de Ipsos, el 47% de empresarios entrevistados les gustaría ser formales, señalaron que la reducción de costos para formalizarse y la simplificación de trámites y requisitos, serían los principales incentivos que harían que microempresarios entren al camino de la formalidad. Sin embargo, solo 1 de cada 10 se considera muy preparado para formalizarse. Es decir, además de los costos, existe un desconocimiento generalizado sobre el proceso de formalización, lo que limita el acceso a beneficios como programas de financiamiento o créditos.

Las cifras son claras: existe la voluntad de formalizarse, pero el sistema actual no ofrece los incentivos suficientes ni una vía accesible para lograrlo. Hay una verdad que no se puede pasar por alto: ser formal es el mejor camino. No pasa por un tema cultural, es una estrategia empresarial: evitar pagar impuestos, regulaciones y altos costos para operar. El desafío está en simplificar el camino hacia ese objetivo.

 

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