Menos trabas, más crecimiento: el impacto del ‘shock desregulatorio’ del MEF para los contribuyentes


El reciente anuncio del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre la implementación de un «shock desregulatorio» antes de julio de 2025 es una iniciativa que merece reconocimiento. La excesiva burocracia ha sido una barrera significativa para el crecimiento económico del Perú, desincentivando la inversión y dificultando la formalización empresarial. El problema de la burocracia en el Perú es un mal endémico que se enraizó en todas las instituciones públicas del país.
Según datos recientes del Índice de Barreras Burocráticas 2024, elaborado por el Adam Smith Center for Economic Freedom y la Asociación de Contribuyentes del Perú, las pequeñas empresas peruanas dedicaron, en promedio, 2,447.3 horas al año a trámites estatales, lo que representa un incremento del 5.6% respecto al año anterior. Este aumento refleja la carga adicional de nuevas regulaciones y procesos de auditoría que obstaculizan la eficiencia empresarial. De acuerdo con la economista y directora de la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP), Camila Costa, “mientras que otros países han logrado simplificar sus procedimientos administrativos para facilitar la actividad económica, el Perú sigue atrapado en una maraña de papeleo y requisitos excesivos que desalientan la formalización y el emprendimiento”.
Las barreras burocráticas ilegales o irracionales generan sobrecostos y trabas innecesarias para emprendedores, empresas y ciudadanos, afectando sectores clave como comercio, educación y servicios. Según Indecopi, en 2023 se eliminaron 4,311 barreras de forma voluntaria y 409 por orden de inaplicación, con un impacto positivo de S/ 117.3 millones. Las licencias de funcionamiento, restricciones a la tercerización y exigencias para el delivery fueron las más costosas. Lima lideró en costos de barreras, seguida de San Martín y Tacna.
“Es fundamental que la SUNAT recuerde que su verdadero papel no es complicar la vida de los ciudadanos, sino generar condiciones para una economía más justa y competitiva. La implementación de un ‘shock desregulatorio’ es un paso en la dirección correcta, pero debe ir acompañado de políticas fiscales que no asfixien a los formales y que promuevan la inclusión de más actores en la economía formal. Solo así se logrará un desarrollo sostenible y equitativo para el país”, sentenció la especialista.
