El incremento de la pobreza se arrastra desde las malas políticas de la pandemia
Cifras de espanto. El último informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) reveló que 9.7 millones de peruanos están en condición de pobreza, es decir, que no pueden costear una canasta básica familiar valorizada en S/446 ni pueden acceder a servicios básicos de calidad como salud, educación, saneamiento o vivienda. En concreto, el índice de pobreza monetaria en Perú se elevó a 29% en 2023, lo que equivale un incremento de 7.3% durante el último año, pero esta alarmante cifra también demuestra cómo la emergencia sanitaria por COVID-19 golpeó gravemente a la ciudadanía, debido a que las brechas de vulnerabilidad se acentuaron desde entonces.
Desde 2019, más de 3 millones de personas pasaron a ser pobres a raíz del cierre de las actividades económicas y las escasas oportunidades que brindaba el gobierno para garantizar la salud y seguridad integral de las personas. Tal y como mencionó el director de la Asociación de Contribuyentes del Perú, José Ignacio Beteta, “el trágico gobierno de Martín Vizcarra fue uno de los grandes responsables de este penoso desenlace”, debido a que las políticas públicas impartidas durante su gestión no fueron estratégicas para frenar el avance de contagios y muertes por el coronavirus.
Beteta aseveró que el gobierno de Pedro Castillo también tiene su cuota de responsabilidad, debido a que se concentró mucho más en intentar limpiarse de sus innumerables cuestionamientos por corrupción en lugar de velar por la protección del “pueblo que decía defender”. Recordemos que el exmandatario, quien hoy cumple 36 meses de prisión preventiva por el presunto delito de rebelión tras su fallido Golpe de Estado, impulsó una serie de propuestas populistas como bonos para ayudar a las personas en situación de pobreza, no obstante, este apoyo económico no fue suficiente al estar no contar con una estrategia clara.
Por su parte, la experta en políticas públicas, Norma Correa, aseguró, en entrevista con RPP, que “el Perú retrocedió 10 años en reducción de pobreza”. Si bien reconoció que el efecto rebote ayudó a que las cifras de pobreza monetaria en el país se redujeran, en 2022, la inflación y, posteriormente, la recesión económica por la que atraviesa el país desequilibró aún más la cancha para las personas en situación de vulnerabilidad.
Para finalizar, Correa señaló que “lo que está pasando con la situación económica del país es que el empleo no se ha recuperado. Eso explica en buena cuenta la situación de la pobreza urbana, principalmente. Pero hay otro tema, ¿qué está pasando con las políticas dirigidas a la lucha contra la pobreza? ¿Qué tan efectivas están siendo? ¿Hasta qué punto el gobierno ha caído en un piloto automático? Esto es inaceptable”.