Presión fiscal en Perú: “Se necesita un régimen atractivo que muestre las ventajas de ser formales, no solo los riesgos de la informalidad”

La presión tributaria real en el Perú es de 49.1%, cifra que excede ampliamente el límite marcado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para este 2024 (15.5%), lo que es un claro indicativo de cómo el Estado asfixia a los contribuyentes con más impuestos sin retribuirles con más y mejores obras públicas. Para ello, se requiere de una importante reforma del sistema de recaudación de impuestos, el cual no exija el pago de más tributos a los pequeños y medianos empresarios, sino que, por el contrario, los incentive a permanecer en la formalidad.

Según un informe de la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP), un trabajador formal paga sus tributos con 4 de cada 10 soles de su salario. Esto refleja cómo el sector formal sostiene la recaudación tributaria anual del país, incluso, si eso implica que cuenten con menos dinero para costear sus gastos familiares. Lo mismo ocurre con las pequeñas y medianas empresas, las cuales cargan la pesada responsabilidad de seguir pagando puntualmente sus tributos, a pesar de que el Estado, a través del Congreso, impulse medidas que restan la productividad laboral como los micro descansos durante la jornada laboral o feriados no recuperables.

La especialista en derecho tributario, Martha Bringas, comentó a Vigilante.pe que el porcentaje de presión fiscal “no necesariamente refleja lo que pasa en el país a nivel de formalidad tributaria”. Sin embargo, sí reconoció que puede dar muchos guiños sobre cómo un Estado incentiva la recaudación fiscal y qué mecanismos emplea para atraer al sector informal a la formalidad.

“Hoy estamos como país recuperándose no solo por los efectos pospandemia, sino también por el contexto económico internacional (…) Dentro de las propuestas que el MEF ofrece, ninguna realmente ataca la informalidad. No solo (se busca) que atraigan la formalidad, sino que los empresarios se mantengan en la formalidad. Se necesita un régimen atractivo que muestre las ventajas de ser formales, no solo los riesgos de la informalidad”, señaló.

Para ello, expertos como el economista José Tapia proponen el pago de un impuesto único, más no los 36 impuestos, tasas del TUPA y contribuciones a los que se ven obligados hoy en día los contribuyentes. Si esto se logra, no solo se podría mejorar el índice de recaudación fiscal, sino que también se priorizaría la transparencia y una óptima gestión de los recursos disponibles en el Estado. “Una reforma de este tipo permitiría liberar recursos para que los ciudadanos puedan invertir en educación, salud, vivienda y emprendimiento, estimulando así el crecimiento económico y la generación de empleo. Además, una menor carga tributaria promovería la formalización de la economía y reduciría la evasión fiscal”.