Paradoja sureña: regiones del sur mantienen altos índices de pobreza a pesar de su recaudación anual

¿Cómo es posible que las regiones del sur mantengan un alto índice de pobreza y pobreza extrema cuando son los departamentos que más dinero reciben de parte de los inversionistas extranjeros que promueven la minería? Actualmente, la zona sur del Perú concentra el 43% de inversiones mineras, pero, pese a ello, sus niveles de vulnerabilidad se mantienen en aumento.

No es ninguna novedad reconocer que los niveles de pobreza y pobreza extrema en el sur del país continúan en aumento debido, entre otras razones, a la pésima organización dentro del gobierno regional y local, lo cual impide que el presupuesto público se ejecute correctamente. Esto genera que las obras se retrasen y que se culminen o que los servicios básicos nunca lleguen hasta los usuarios, hecho que no solo perjudica a la ciudadanía, sino que también promueve la desigualdad social.

Para sorpresa de muchos, las regiones con los índices más altos de pobreza suelen ser las que mayor dinero recaudan anualmente gracias a la gran minería. De acuerdo a los datos del Ministerio de Energía y Minas, Arequipa, Cusco, Apurímac, Moquegua, Tacna, Madre de Dios y Puno Tacna son los departamentos que concentran el 43% de inversión minera. Además, también representan el 30% del PBI en minería e hidrocarburos.

Esto solo refleja como estas 7 regiones tienen una alta tasa de inversión en actividades de exploración y extracción de metales. Pese a ello, sus elevados niveles de pobreza revelan también cómo el dinero obtenido gracias al canon y las regalías no está siendo bien utilizado.

Para lástima de muchos, estas regiones no solo encabezan el ranking de pobreza monetaria a nivel nacional, sino que también son un ejemplo clave del alto índice de informalidad laboral en Perú. A esto le sumamos las cifras de desigualdad social, las cuales permiten observar cómo los residentes de estos departamentos carecen de servicios básicos, alimentos y medicinas debido a la mala administración de los recursos.

Según señaló el politólogo Gonzalo Banda a El Comercio, esta situación nace debido a la pésima gestión de los municipios y gobiernos regionales. Aseguró que, solo en 2022, las municipalidades provinciales de estos departamentos apenas ejecutaron el 71% del presupuesto público recaudado por los aportes mineros. Esto demuestra como la incapacidad de gestión de las autoridades continúa perjudicando seriamente a la ciudadanía.

Sin lugar a dudas, es lamentable observar como 7 regiones con un alto presupuesto público son incapaces de satisfacer las necesidades básicas de sus residentes y, más aún, reconocer que son las autoridades las que no hacen nada por cambiar este panorama. A ello le sumamos la desidia de los dirigentes sindicales que continúan promoviendo las violentas marchas y bloqueos de carreteras, los cuales solo evitan que los camiones que transportan insumos como alimentos, combustible o medicinas puedan ingresar a las ciudades y abastecer a la población.

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