CADE Educación: el objetivo es mitigar efectos socioemocionales de la crisis sanitaria en los estudiantes

Especialistas expusieron sobre cuán indispensable y urgente es concientizar a la sociedad acerca de la relevancia de la primera infancia como el periodo más significativo en la formación de la persona, y promover políticas públicas multisectoriales donde se tomen en cuenta su salud y el rol clave de la familia y su entorno.

La preocupación de cómo los estudiantes más jóvenes del sistema educativo y cómo la pandemia afectó su aprendizaje y su desarrollo socioemocional fue abordado en la sesión “Todo inicia en la primera infancia” del #CADEeducación 2022.

En el evento participaron Armida Lizárraga, Directora Ejecutiva de Luminario; Emma Naslund-Hadley, Especialista Líder de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); y Nicolás Besich, Coordinador General Videnza Instituto.

Ellos hablaron de lo indispensable y urgente que es concientizar a la sociedad sobre la importancia de la primera infancia como el periodo más significativo en la formación de la persona, y promover políticas públicas multisectoriales a partir de esa premisa, en las que se tomen en cuenta la salud y el rol clave de la familia y su entorno.

Así, los tres panelistas coincidieron en la necesidad de una revolución del sistema educativo, con el objetivo de recuperar los aprendizajes perdidos durante la pandemia y mitigar los efectos socioemocionales que la crisis sanitaria ha tenido sobre los estudiantes.

Besich sostuvo que “la sociedad debe ser consciente de que los niños y los hogares que hoy asisten a las escuelas son totalmente distintos a los que existían en el 2019. Hoy, 6.8 millones de peruanos están en situación de inseguridad alimentaria grave; es decir, no consumen comidas durante un día o más. El sistema educativo y de protección social -como Cuna Más y Qali Warma- y de cuidado a la primera infancia debe adaptarse a una nueva y grave realidad”.

En tanto, Naslund-Hadley señaló que es positivo que el Perú cuente con políticas públicas y programas enfocados en la alimentación y cuidado de infantes, pero recalcó que la brecha de calidad es aún grande y que existe una cobertura todavía muy limitada.

“Es necesario fortalecer la calidad de los jardines de infantes y el Programa no escolarizado de Educación Inicial (PRONOEI), pero basándose en modelos de desarrollo infantil enfocados en habilidades, priorizando aquellos donde los educadores tengan brechas pedagógicas”, afirmó la experta.

A esto, sumó la necesidad de ampliar la cobertura del programa Aprendo en Casa, con contenidos para niños y niñas, de 0 a 3 años.

Finalmente, Armida Lizárraga recomendó a los docentes y directivos escolares atender la salud socioemocional de los estudiantes, lo cual involucra un trabajo constante con toda la familia.

“Queremos niños capaces de regular sus emociones, pero primero necesitamos que los adultos a su cargo también lo sean. Hay que ser reflexivos y, frente al conflicto, ver oportunidades de aprendizaje. Los niños y niñas necesitan rutinas claras y una estructura en el hogar y en el aula, con indicaciones claras y anticipadas. Necesitan roles por responsabilidad donde se sientan líderes de los procesos y rutinas de aprendizaje en el aula”, afirmó.

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