“Ni bonos ni limosnas”: el potente mensaje que retumbó en Palacio
El reclamo de Irene Chávez, dirigente de la organización de Ollas Comunes, a la gestión del presidente Castillo y a la política asistencialista del gobierno es quizá el revés más duro que ha sufrido hasta ahora el régimen.
Alejandro Castro
Editor Vigilante.pe
La crítica más dura y contundente que se le ha hecho hasta hoy al gobierno provino de una organización de base social. La presidenta de las Ollas Comunes del Perú, Irene Chávez, encaró al presidente Pedro Castillo en el mismo Palacio y cuestionó su pésima gestión para atender los problemas de la gente.
“Mientras no terminemos con el asistencialismo, regalando bonos, regalando plata, regalando todo”, la pobreza no terminará, dijo la dirigente social. “Ayúdennos a trabajar, no queremos regalo, no queremos limosna, queremos dignidad”, agregó con voz entrecortada ante la mirada del presidente Castillo, que estuvo acompañado en esa reunión por el ahora censurado ministro Hernán Condori y el titular de Agricultura, Oscar Zea, dos de sus funcionarios más cuestionados.
Esto sucedió durante la sesión de instalación de la Comisión Multisectorial que propondrá acciones para la atención alimentaria de la población vulnerable, que se transmitía en vivo por televisión nacional. Así, el evento que el gobierno quería usar para levantar en algo su alicaída popularidad, terminó siendo un búmeran que destruía el discurso de víctima con que el presidente ha tratado de evadir sus responsabilidades y justificar sus desaciertos en todo este tiempo.
“Los políticos se aprovechan de la miseria de nuestra gente, vienen con un saco de arroz, con un poco de comida y los someten para llevarlos a sus marchas, a sus mítines, y la necesidad es (tan) grande que nuestra gente por un pan se vende”.
Irene Chávez, presidenta de la Organización de Ollas Comunes del Perú.
La dirigente además le reclamó al presidente y a sus funcionarios presentes que el presupuesto de S/99 millones que le otorgó el gobierno el año pasado no ha llegado hasta la fecha a las ollas comunes. “Por respeto a estas madres líderes pido que les demos herramientas de conocimiento, preparación, capacitación, eso las va a sacar de la pobreza”, agregó Chávez.
En buena cuenta, lo que la dirigente social le está exigiendo al presidente Castillo es que haga su trabajo, que reactive la economía y que genere puestos de trabajo. Nada de eso ha podido hacer en estos casi nueve meses de gestión, en los que ha estado más preocupado en sobrevivir a las crisis políticas que provocaban sus malas decisiones y a las denuncias de corrupción que cada vez lo salpican más, por las que ya enfrentó dos procesos de vacancia de los que, hasta ahora, ha salido librado, más que por mérito propio, por la debilidad y desprestigio de la oposición parlamentaria.
Por ello, el incidente en Palacio con las madres de las ollas comunes tiene un valor simbólico muy grande y también un mensaje muy potente, porque evidencia que la gente ya se está dando cuenta de que estamos ante un gobierno que no ata ni desata frente a una situación compleja como la que atraviesa el país, de inestabilidad política, de rapartija de cargos, de alza de precios de productos básicos y de falta de empleo.