Cusco acumula tres trimestres en recesión con una caída promedio de 5,7%


Cusco atraviesa su peor crisis económica en años: acumula tres trimestres consecutivos en rojo con un desplome en promedio de 5,7% en su PBI. Incluso, mientras la economía nacional creció 3,9% en el primer trimestre de este año, la región sureña registró una contracción de 8,1%, la más severa del país. Según el Instituto Peruano de Economía, este deterioro se explica por un retroceso multisectorial —en minería, turismo y agroindustria— que afecta directamente el empleo y los ingresos locales. La persistencia de la recesión, sin señales claras de mejora inmediata, pone en jaque el desarrollo surandino.
El desplome minero es el principal causante de la recesión. En el primer trimestre de este año, la producción cayó 18,8% por la menor actividad en yacimientos como Antapaccay y Hudbay. El Banco Central de Reserva reportó que solo en enero la contracción fue de 29% en minería e hidrocarburos, afectada por demoras en permisos y trámites. Esta parálisis limita inversiones y reduce las regalías, aumentando tensiones sociales en comunidades dependientes de la actividad.
El turismo, segundo pilar económico, atraviesa una crisis por los conflictos en torno al acceso a Machu Picchu. La Cámara de Comercio de Cusco advierte que la menor llegada de visitantes internacionales ya golpea divisas y empleo, afectando a más de 100.000 familias.
En el ámbito agroindustrial, la producción se redujo 6.1% en el segundo trimestre, agravada por la caída de la pesca (-15.8%) y manufactura (-6.3%). Según el Instituto Peruano de Economía, la falta de políticas de diversificación agrícola y las trabas a proyectos productivos impiden un despegue sostenible. Cusco, además, retrocedió en competitividad regional al puesto 7, con deterioros en salud, infraestructura e instituciones, lo que limita su recuperación rápida.
Gestión fallida en industrias productivas
El impacto en la población de Cusco ya es tangible: más desempleo, menores ingresos y una región atrapada en un ciclo de estancamiento. Según la Superintendencia de Banca y Seguros, la recesión compromete la estabilidad financiera, con riesgos en la cartera crediticia y una inclusión que difícilmente superará el 75% este año.
Mientras el Banco Central proyecta un crecimiento nacional de 3,1% en 2025, Cusco podría agravar su rezago sin medidas específicas. Expertos insisten en la necesidad de agilizar permisos mineros, reestructurar el manejo turístico y diversificar la producción agrícola. La persistencia de la recesión no solo compromete el futuro de la región sureña, sino que amenaza el equilibrio económico nacional. Se necesita que autoridades locales y centrales actúen con rapidez para destrabar barreras y fomentar una recuperación.