Presupuesto 2026 para regiones de oriente destina solo un 25% a obras


El Proyecto de Ley de Presupuesto General de la República para 2026 destina alrededor de S/ 9.503 millones a la macrorregión oriente: Loreto recibe S/ 3.640 millones, San Martín S/ 2.513 millones, Amazonas S/ 1.468 millones y Ucayali S/ 1.882 millones. Aunque la cifra total representa un aumento del 8,6% respecto a 2025, la mayor parte de estos recursos se concentra en gastos administrativos, dejando en segundo plano inversiones públicas en salud, educación e infraestructura. Este patrón no es exclusivo del oriente peruano, se repite a nivel nacional; lo que nos empuja a recordar una verdad incómoda: el Estado no genera sus propios recursos, por el contrario, se financia con los impuestos de los ciudadanos. Por eso, necesitamos autoridades capaces de gestionar priorizando las necesidades de la población, porque cada sol mal utilizado perpetúa las desigualdades.
El desglose del presupuesto 2026 para estas regiones confirma la tendencia. En Loreto, el 73% (S/ 2.653 millones) se asigna a gastos corrientes como personal y obligaciones sociales, dejando apenas el 27% (S/ 987 millones) para obras. En San Martín, el 75% (S/ 1.877 millones) va a sueldos frente al 25% (S/ 635 millones) a inversiones. Amazonas dedica el 79% (S/ 1.158 millones) a planillas y solo el 21% (S/ 309 millones) a proyectos. Y en Ucayali, el 65% (S/ 1.216 millones) se consigna a personal, dejando el 35% (S/ 641 millones) para obras. Es decir, de cada 10 soles, 7 se destinan al pago de funcionarios y solo 3 se usan para construir colegios, centros de salud y carreteras.
Mil millones de soles bloqueados en 70 obras paralizadas
El bajo presupuesto para obras no es el único problema en el oriente peruano. La ejecución de los proyectos tampoco es alentadora. Hasta julio de este año, Loreto y Amazonas avanzan menos del 50% en inversión pública, mientras que Ucayali y San Martín alcanzan entre 70% y 80%. Sin embargo, esos porcentajes no garantizan que los recursos se estén administrando de manera eficiente.
En Loreto, Vigilante.pe revisó la ejecución presupuestal de la ampliación de la red vial Iquitos-Nauta, clave para la conectividad regional, y halló que apenas registra un avance del 40% en 2025, igual que en 2024, cuando las obras se estancaron por licitaciones fallidas. En San Martín se ha destinado S/ 1.200 millones al Programa Multianual de Inversiones 2026-2028 en palma aceitera y café, pero proyectos como el puente sobre el río Mayo solo registran un avance del 30%, y la Contraloría reporta 20 paralizaciones por S/ 500 millones hasta junio.
Amazonas concentra esfuerzos en electrificación rural con S/ 482 millones de presupuesto nacional, pero 15 obras paralizadas acumulan S/ 200 millones sin ejecutar, según INFObras. Ucayali destaca 30 proyectos de Obras por Impuestos por S/ 582 millones, principalmente en educación, con 23 colegios incluidos, pero 27 obras estancadas por S/ 341 millones frenan el avance, y la inversión en salud apenas alcanza el 45%. En total, más de 70 obras paralizadas en la macrorregión suman alrededor de S/ 1.000 millones.
Brechas amazónicas: salud y carreteras en emergencia
El Índice de Competitividad Regional (INCORE) 2025 del Instituto Peruano de Economía muestra que las regiones del oriente peruano siguen rezagadas en áreas clave para su desarrollo. El estudio, que evalúa infraestructura, salud y educación, ubica a Loreto en el último puesto (3,4 puntos) de las 24 regiones, a Ucayali en el penúltimo (4,0), Amazonas en el antepenúltimo (4,2) y a San Martín en el puesto 20 (4,6), todos por debajo del promedio nacional.
Las deficiencias son claras: carreteras con menos del 50% de acceso rural, alta informalidad laboral (más del 85%), anemia infantil entre 25% y 30% y logros en matemáticas por debajo del 20%, según cifras oficiales. La seguridad ciudadana también falla, con conflictos por narcotráfico y minería ilegal que requieren prevención, pero que el presupuesto 2026 deja de lado. Fiscalizar al poder público se vuelve urgente para que los recursos generen resultados concretos y los contribuyentes vean mejoras reales en sus regiones.