Obras paralizadas mientras crecen los sueldos en el norte peruano


Tres gobiernos regionales del norte del país administrarán en el 2026 un presupuesto total cercano a los S/ 11.000 millones. Piura concentrará la mayor partida, con S/ 4.428 millones; seguida de La Libertad, con S/ 4.168 millones; y Lambayeque, con S/ 2.390 millones. Aunque las cifras representan un leve incremento respecto al año anterior, la historia se repite: la mayor parte de los recursos será destinado a gastos corrientes y no a las inversiones que necesitan con urgencia estas regiones. Este desbalance limita la reducción de brechas en salud, educación e infraestructura, tal como lo confirman los resultados del Índice de Competitividad Regional – INCORE 2025 del Instituto Peruano de Economía (IPE).
El panorama nacional tampoco es alentador. Aunque el presupuesto regional total para el 2026 contempla un aumento de 8,6% respecto al 2025 (cuando fue de S/ 54.458 millones), la capacidad de ejecución sigue siendo débil. Hasta julio de este año, 21.630 proyectos en todo el país no registraron ningún avance, acumulando S/ 9.864 millones sin usar, según el Consejo Privado de Competitividad (CPC). En este contexto, debemos recordar una verdad incómoda: el dinero que se malgasta no es del Estado, sino de los contribuyentes, y cada sol mal administrado es una oportunidad perdida para cerrar las desigualdades que afectan al norte.
Desequilibrio en el gasto: planillas vs. inversiones reales
Un patrón preocupante. El presupuesto 2026 para La Libertad destinará el 63% (S/ 2.633 millones) a planillas y obligaciones sociales, mientras apenas el 23% (S/ 967 millones) se dirigirá a obras. En Piura ocurre lo mismo: 59% (S/ 2.631 millones) para gasto corriente frente al 26% (S/ 1.162 millones) para inversión. Lambayeque repite la tendencia, con 60% (S/ 1.442 millones) asignado a sueldos y solo 29% (S/ 695 millones) a proyectos.
En La Libertad, por ejemplo, el proyecto con mayor asignación presupuestal es la rehabilitación de la carretera Pallasca-Mollepata-Mollebamba-Santiago de Chuco —adjudicado en noviembre de 2021 por S/ 415.541 millones—, pero su avance en 2025 apenas ronda el 50%, similar al 2024, cuando las obras viales se estancaron por fallas administrativas. La Contraloría registra once obras detenidas en esta región.
En Lambayeque, destaca la red CITE para microempresas, que recibió S/ 894 millones en 2024. No obstante, en 2025 las defensas ribereñas en el río Zaña permanecen en 0% de avance, con nueve obras paralizadas según la Contraloría. Además, los recortes a la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) agravan el riesgo en la región.
En Piura, las prioridades son las defensas ribereñas y saneamiento, con S/ 1.250 millones para obras en 2026. Sin embargo, el drenaje pluvial en Sullana solo alcanza un 40% de ejecución este año. Aunque el gobernador Luis Neyra asegura que en su gestión no hay paralizaciones, la Contraloría reporta 128 obras detenidas por un valor de S/ 3.900 millones a junio.
30% de anemia infantil y solo 25% de logros en educación en el norte
El INCORE 2025 del IPE muestra que La Libertad, Piura y Lambayeque están por debajo del promedio nacional en competitividad. La Libertad ocupa el puesto 9, Piura el 10 y Lambayeque el 12, con debilidades en carreteras, alta informalidad laboral que supera el 80%, problemas de salud como la anemia infantil en 30% y bajos logros en matemáticas, que no alcanzan el 25%. En seguridad, la falta de comisarías y el alto nivel de victimizaciones reflejan instituciones poco efectivas. Aun así, el presupuesto 2026 prioriza el gasto burocrático antes que atender estas urgencias.
Esta priorización alimenta un ciclo vicioso: los recursos se concentran en sueldos administrativos en lugar de destinarse a colegios u hospitales, postergando el progreso de la población. Por ello, resulta clave monitorear al poder público y redirigir los fondos hacia inversiones con impacto real, que garanticen beneficios tangibles para los contribuyentes en servicios esenciales.