Tren Chancay–Pucallpa: un test para transparencia estatal y eficiencia en infraestructura


El proyecto ferroviario Chancay–Pucallpa, planteado como uno de los más trascendentes del país, entra en una fase clave: el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) anunció que, en agosto de 2025, lanzará el proceso de licitación del estudio de preinversión, cuyo objetivo es definir la viabilidad técnica, económica y ambiental de la megaobra. La iniciativa busca conectar el megapuerto de Chancay, ya operativo, con Pucallpa, atravesando regiones como Pasco y Huánuco, e impactando aproximadamente a unas 12 millones de personas. El costo del ferrocarril se estima en más de 14,000 millones de dólares.
El anuncio oficial ha despertado expectativas, pero también demanda vigilancia sobre cómo se decidirán las rutas, el financiamiento y los impactos en comunidades y el medio ambiente. La inversión pública de esta magnitud —orientada a cerrar históricas brechas logísticas e impulsar el comercio entre la selva y los mercados internacionales— requiere un escrutinio especial para evitar sobrecostos, demoras y falta de transparencia en la adjudicación del contrato y la ejecución de los estudios.
Según el MTC y el Ministerio de Economía, el ferrocarril será clave para articular una nueva ruta bioceánica, potenciando la posición de Perú dentro del comercio regional, y “permitirá abrir nuevas rutas de comercio y facilitar el transporte intermodal”. Sin embargo, la experiencia nacional indica que la eficiencia estatal en megaproyectos frecuentemente se ve limitada por procesos burocráticos, falta de consulta efectiva con comunidades y problemas de gestión ambiental.
Las impresiones desde las regiones no se han hecho esperar. Desde Huánuco, el ingeniero civil y experto en sistemas ferroviarios Jim Rivera Vidal, señaló al medio local Página 3 la importancia de que regiones como Huánuco asuman un rol activo en el diseño y ejecución del proyecto ferroviario Chancay–Pucallpa. Según Rivera Vidal, las autoridades regionales y la sociedad civil de Huánuco deben posicionarse como protagonistas en este proceso, dado que la región tiene el potencial de convertirse en un nodo estratégico, similar a un puerto de acopio, desde donde la red ferroviaria se extenderá hacia la costa, la sierra y la selva. Por ello, enfatizó que la participación conjunta y decidida de todos los actores locales es fundamental para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrece esta infraestructura.
El desafío es inmenso: proyectar un ferrocarril eficiente, rentable y sostenible, en un contexto donde la confianza ciudadana en la capacidad estatal está en juego. Las próximas semanas serán determinantes para comprobar si el país avanza hacia una infraestructura moderna y transparente —o si repite el ciclo de promesas incumplidas— frente a una obra que podría redefinir la integración territorial del Perú.