Pedro Castillo y su mensaje desde prisión: ¿una advertencia del pasado o una distracción electoral?


El pasado 28 de julio, el expresidente Pedro Castillo difundió en sus redes sociales un audio grabado desde el penal de Barbadillo, presentado como su “mensaje a la Nación” con motivo de las Fiestas Patrias 2025. En el mensaje, calificó al Congreso como traidor de la voluntad popular, acusó al actual gobierno de haber instaurado una “dictadura cívico-militar” y sostuvo que su destitución fue ilegítima.
Las reacciones fueron diversas, pero lo que más se debatió fue la veracidad de la grabación. Algunos señalaron que el audio parecía haber sido generado con inteligencia artificial. Incluso la defensa legal de Castillo advirtió que no existen pruebas de reconocimiento de voz o imagen que confirmen que fue producido por el exmandatario. Sin embargo, la autenticidad del mensaje es un aspecto secundario frente a una pregunta de fondo: ¿sigue siendo Pedro Castillo una figura relevante en la escena política nacional?
Es importante recordar que Castillo permanece recluido en el penal de Barbadillo desde el 16 de diciembre de 2022, acusado de rebelión y organización criminal, tras su fallido intento de disolver el Congreso y establecer un gobierno de excepción el 7 de diciembre de ese año. En marzo de 2025 comenzó el juicio oral en su contra. Si bien, durante la audiencia, se declaró inocente y afirmó ser víctima de una “persecución política”, la Fiscalía ha solicitado una condena para él de hasta 34 años de prisión.
Mirar hacia adelante: el reto político para el Perú
La aparición de Pedro Castillo en los medios, desde la cárcel y con una voz que parece generada por inteligencia artificial, es una forma de intentar seguir presente en la política, consideran algunos analistas. Sin embargo, su relevancia real es objeto de debate. El mensaje que difundió llamó la atención porque contrastó con el de la presidenta Dina Boluarte, quien ese mismo 28 de julio dio su último discurso por Fiestas Patrias ante un Congreso casi vacío y con solo un 3 % de aprobación, según encuestas.
Castillo, cuya gestión estuvo marcada por nombramientos cuestionados y acusaciones de nepotismo, insiste en que su proceso es injusto; sin embargo, su paso por la presidencia reveló graves fallas en la conducción institucional, el liderazgo político y el manejo económico del país. Por ello, un gran sector de la ciudadanía insiste en descartar perfiles como Castillo y demanda políticos preparados para enfrentar los desafíos estructurales del país: seguridad, informalidad laboral, minería ilegal, brechas de infraestructura, y mejoras en salud y educación. Por ahora, aún no emerge un perfil consolidado con la experiencia, voluntad política y conocimiento necesario para encarar estos temas.
Este episodio deja claro que la figura de Castillo polariza, no obstante, sus intervenciones no cambian el rumbo institucional. Castillo pertenece al pasado reciente del país y resaltar su voz desde la prisión resulta cada vez menos útil para el debate nacional. Es momento de utilizar el tiempo electoral disponible para evaluar opciones con capacidad real de gestión, liderazgo responsable y compromiso con el desarrollo del Perú.