Fecha: 2 agosto, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.575

Boluarte aplaudida por la derecha y abandonada por sus ex aliados de izquierda

Durante el último Mensaje a la Nación, Dina Boluarte recibió el respaldo de bancadas conservadoras y gremios empresariales, mientras sus antiguos aliados de izquierda se retiraron del Congreso. ¿Cuáles son los intereses de estos grupos?
Redacción Vigilante Publicado 7:15 pm, 31 julio, 2025

Dina Boluarte, quien llegó al poder en el 2021 como vicepresidenta en la fórmula presidencial de Pedro Castillo, ha experimentado una transformación profunda en su base de apoyo político. Durante su reciente Mensaje a la Nación por Fiestas Patrias, el respaldo más visible no provino de la izquierda que la acompañó en sus inicios, sino de sectores de derecha y centro del Congreso, así como de gremios empresariales.

Las bancadas que permanecieron en el Hemiciclo para aplaudir el discurso presidencial fueron Fuerza Popular, Renovación Popular, Alianza para el Progreso (APP), Acción Popular, Somos Perú y Podemos Perú. Estas agrupaciones, de corte conservador o centrista, han sido clave para sostener a Boluarte en el poder, bloqueando intentos de vacancia y permitiendo la aprobación de leyes en beneficio propio.

Por el contrario, varios congresistas identificados con la izquierda —y que en su momento respaldaron el gobierno de Castillo y por extensión a Boluarte— optaron por retirarse del Hemiciclo en señal de protesta. Entre ellos estuvieron Ruth Luque, Guillermo Bermejo, Roberto Sánchez, Jaime Quito y Alfredo Pariona.

Este gesto simbólico revela un cambio en el tablero político nacional: quienes fueron oficialistas ahora se colocan en el rol de opositores, mientras quienes antes se enfrentaban al Ejecutivo lo sostienen con aplausos. Sin embargo, este giro no está exento de cálculo político. La retirada de la izquierda ha sido leída por muchos como una estrategia electoral más que como una ruptura ética. Varios de sus representantes fueron parte del aparato gubernamental o lo defendieron activamente. Su distanciamiento actual —a puertas del proceso electoral de 2026— parece más un intento por limpiar imagen que una consecuencia de principios firmes.

En paralelo, gremios empresariales como la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), la Asociación de Exportadores (ADEX) y la Asociación Automotriz del Perú han destacado públicamente la estabilidad económica del país y la importancia de la inversión privada durante la gestión de Boluarte. No obstante, han guardado silencio frente al deterioro institucional y a las señales de un posible pacto de impunidad entre Ejecutivo y Legislativo.

El panorama refuerza una idea cada vez más presente en el análisis político nacional: el régimen actual no se sostiene sobre convicciones ideológicas, sino sobre alianzas tácticas que responden a intereses inmediatos. La derecha encuentra en Boluarte una figura funcional para sus fines legislativos, mientras que la izquierda intenta reconstruirse como oposición, pese a su propia responsabilidad en el camino que llevó a esta situación.

Lo ocurrido durante el Mensaje a la Nación no solo revela el aislamiento de Dina Boluarte respecto a sus antiguos aliados, sino también la fragilidad ética de un sistema político sostenido por conveniencias cruzadas. En el Perú, las etiquetas de «oficialismo» y «oposición» han dejado de tener contenido ideológico claro y se han convertido en herramientas de reposicionamiento. Y eso —conviene no olvidarlo— tanto para juzgar a la derecha que celebra como a la izquierda que ahora se retira.

COMPARTIR NOTICIA