Gestión deficiente en Machu Picchu: Colas desde la madrugada y aforo desperdiciado


Machu Picchu es la estrella del turismo peruano. Sin embargo, la experiencia de los visitantes para llegar a la maravilla del mundo es precaria. En agosto de 2024, el Ministerio de Cultura impulsó la creación de tuboleto.pe, una plataforma digital que permite vender de manera electrónica las entradas al recinto arqueológico. Pero desde su implementación el sitio web colapsó en varias ocasiones debido a problemas en su interfaz. Pese a los inconvenientes con la plataforma, las autoridades del sector en Cusco se rehúsan a tercerizar el servicio a un privado.
Recordemos que en enero de este año, la decisión de que el Estado continúe haciéndose cargo de este servicio se produjo tras las constantes protestas de diferentes gremios, las cuales generaron pérdidas de S/2.5 millones al día, que se negaron a que la empresa Joinnus sea la elegida para este fin. En su momento, argumentaron que la elección era arbitraria y perjudicaría a los negocios locales, sin embargo, información de medios de la región revelaron que la venta por Joinnus aparentemente atentaba con una red de venta informal de entradas organizada por agencias y funcionarios de la Dirección Regional de Turismo de Cusco, la cual fue observada por la Contraloría, entidad que advirtió sobre malos manejos en la administración del sitio web.
Ante la crisis, el Ministerio de Cultura informó que ha intentado optimizar la plataforma, incluso eliminó un sistema de “pre-tickets” —que obligaba a hacer doble cola para obtener entrada— y anunció la apertura de cinco ventanillas para acelerar la venta, pero los problemas persisten. Según la Cámara Nacional de Turismo del Perú (Canatur), el número real de visitantes suele ser menor al permitido, porque las entradas no utilizadas no pueden revenderse. En resumen: hay turistas sin entradas y entradas sin turistas.
Sin entradas y sin orden
La administración de Machu Picchu también mantuvo la venta de 1,000 boletos presenciales, parte de un aforo diario que varía entre 4,500 y 5,600 personas. Esa decisión provocó un caos en Aguas Calientes, donde las colas empiezan desde la madrugada. Algunos turistas incluso pasan la noche en la calle con la esperanza de conseguir una entrada y otros llegan desde las 4 de la mañana para formarse. La situación es tan crítica que Elvis La Torre Uñaccori, alcalde del distrito de Machupicchu, responsabilizó directamente al Ministerio de Cultura por no prioriar un problema que lleva años sin solución.
Para el alcalde La Torre, el desorden podría evitarse si el ministerio utilizara un local de más de 700 m² que permanece vacío, propiedad de Cultura. Desde allí —afirma— se podría organizar toda la operación de venta de entradas de forma segura y ordenada. También propuso implementar pantallas interactivas como las de Migraciones. Pero el uso de más infraesctructura y recursos estatales no es una salida conveniente cuando todas las maravillas del mundo y los sitios turísticos más concurridos a nivel mundial ofrecen sus entradas a través de plataformas modernas, digitales y verdaderamente eficientes.
Por su lado, la Canatur calificó los anuncios del Ministerio de Cultura como “un avance”, pero dejó en claro que no solucionan el problema estructural. Su gerente general, Carlos Loayza, afirmó que el país necesita una reforma integral que asegure la sostenibilidad del sitio, brinde una experiencia de calidad a los visitantes y genere beneficios reales para la población local. Además, advirtió que la imagen internacional del Perú ya está en riesgo: los bloqueos sociales en el sur han provocado cancelaciones y refuerzan la percepción de desorganización e improvisación.
Todo ello en un contexto en que el turismo de Cusco aún no ha recuperado sus niveles prepandemia. En 2024, el santuario recibió 1.5 millones de visitantes, más del doble que en 2023, pero 4.9 % por debajo de las visitas en 2019. Urge que el Ministerio de Cultura dé soluciones reales que agilicen y mejoren la venta de entradas para que el turismo no caiga y los turistas no se lleven una mala experiencia de nuestro país al tener que hacer extensas colas de manera presencial.