Altas tasas de interés, impuestos y sobreregulación: el triángulo que encierra a las mypes en la informalidad


Mientras aún exista la tendencia errónea de pensar que la informalidad en Perú es cultural y hasta un estilo de vida, el verdadero responsable de que más del 70% de la población económicamente activa no cuente con sus respectivos derechos laborales seguirá sin asumir su responsabilidad. El Estado no incentiva la formalización de empresas y, por el contrario, asfixia a los formales y exige criterios desproporcionados para su fiscalización. Asimismo, no promueve el acceso a créditos en entidades bancarias autorizadas y, en su lugar, orilla a los micro y pequeños empresarios a conseguir financiamiento a través de canales irregulares e ilegales, como los préstamos «gota a gota».
Según el informe Radiografía de la informalidad en el Perú (2024), el 88% de los dueños de microempresas informales sí desea formalizarse; sin embargo, no puede cumplir este objetivo debido a las barreras burocráticas impuestas por el propio Estado. Entre las principales limitantes destacan un sistema tributario excesivamente caro, engorroso y asfixiante, así como normas laborales rígidas y obsoletas, que convierten a la formalidad en un privilegio, no en una opción realista.
De acuerdo con la economista y directora de la Asociación de Contribuyentes del Perú (ACP), Camila Costa, “el acceso al crédito es uno de los canales más importantes para promover la formalización”. En Perú, uno de cada tres empresarios informales quiere ser formal para poder acceder a financiamiento. Según el referido informe, el 41% de los emprendedores no acude a entidades financieras debido a los altos intereses que estas imponen, lo que los obliga a endeudarse a través de mecanismos informales, como los préstamos “gota a gota”.
Si bien el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), a cargo de José Salardi, anunció un shock desregulador para reducir algunas barreras burocráticas que enfrentan las Mypes, lo cierto es que estas medidas aún son insuficientes si no se aborda el problema más urgente y estructural: la necesidad de una reforma tributaria profunda que atraiga inversión privada y permita el crecimiento económico sostenido.
La solución no es más fiscalización ni más sanciones. Por el contrario, se debe simplificar el sistema tributario, activar mecanismos de formalización sencilla para las Mypes, brindar mayor flexibilidad estatal y eliminar las barreras que solo alejan a los futuros contribuyentes. Tal y como mencionó Costa, “hasta que esto ocurra, las empresas, especialmente las Mype, que representan más del 90% del tejido empresarial del Perú, seguirán siendo el motor invisible del país, aportando a la economía informal pese a un Estado que, en lugar de apoyarlas, las empuja a la sombra”.
