Fecha: 1 abril, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.66

La vivienda formal es casi imposible

Es tan difícil edificar, urbanizar y generar vivienda formalmente, que también la vivienda peruana termina siendo informal, precaria y vulnerable.

Redacción Vigilante Publicado 3:52 pm, 14 febrero, 2025

Escribe: Asociación de Contribuyentes del Perú

Como viene denunciando la Asociación de Contribuyentes reiteradamente, la formalidad es el problema a resolver. La informalidad es solo un efecto, un síntoma del problema de fondo: en Perú, ser formal es un martirio, un sacrificio innecesario en el que resultamos siendo perseguidos por la SUNAT, la SUNAFIL y una infinidad de entidades públicas ensaladas en controlar, obstaculizar, sin ayudar a los emprendedores y empresarios y lo mismo pasa en el sector vivienda.

La informalidad en la vivienda es uno de los problemas más críticos y persistentes en el Perú. Se estima que más del 90% de la expansión urbana en el país ocurre de manera informal, y el 73% de las viviendas son producto de la autoconstrucción. Esto ha generado ciudades con infraestructura precaria, viviendas vulnerables a desastres naturales y servicios públicos insuficientes. Además, la burocracia excesiva y los altos costos de formalización han incentivado esta situación, haciendo que la mayoría de los ciudadanos busque soluciones fuera del marco legal.

El acceso a una vivienda digna es un derecho fundamental y una condición indispensable para el desarrollo económico y social de las familias. No obstante, la actual regulación del suelo y la construcción presentan trabas que dificultan el acceso a viviendas formales y asequibles.

La informalidad en la vivienda en el Perú es el resultado de un conjunto de incentivos perversos que fomentan la ocupación ilegal de terrenos y la autoconstrucción precaria, en detrimento de un mercado formal de vivienda accesible. Este fenómeno es impulsado por dos factores principales:

El proceso para obtener una habilitación urbana y una licencia de construcción en el Perú es engorroso y costoso, lo que desalienta a los ciudadanos y promueve la informalidad. Los permisos pueden tardar años en aprobarse, lo que lleva a muchas familias a optar por la autoconstrucción en terrenos informales sin acceso adecuado a servicios básicos.

La mayoría de los ciudadanos que necesitan vivienda no califican para créditos hipotecarios debido a sus ingresos informales o bajos. Los programas de vivienda social tienen requisitos que excluyen a una gran parte de la población, lo que los obliga a construir por su cuenta, muchas veces sin asesoría técnica.

*Este contenido fue publicado originalmente en Perú21.

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