En el Perú también existe una «casta»
A pesar del estancamiento económico de los últimos años y con proyecciones de crecimiento por debajo del potencial -lo que se traduce en menor actividad económica y menores ingresos para el Estado-, el presupuesto público aumentó en 12% vs el 2023 (PIA). Es decir, tenemos más burocracia, más trabajadores del Estado pero no recaudamos más como país.
Lo peor de todo es que ese incremento en el presupuesto estatal no es para obras o inversiones, sino para una planilla más grande (76% planilla vs. 24% inversión). Ante esto, el ministro de economía no ha hecho más que taparse los ojos, rescatar Petroperú, voltear la mirada ante el problema y hacer lo más fácil: decir que va a incrementar la presión tributaria, cobrar más impuestos y exprimir más a los formales. Una pena, pero este ministro, queridos contribuyentes es más de lo mismo.
El Estado peruano se ha convertido en una agencia de empleo donde trabajan personas que no arriesgan su dinero, malgastan el de otros, o se lo roban y no se centran en servirnos, sino en bloquear nuestro desarrollo individual. A continuación, algunos gráficos que expresan mejor que cualquier palabra esta afirmación.
En un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se calcula que el salario promedio del sector público en 3.551 soles (US$986), mientras que el del sector privado lo calcula en aprox. 2.500 soles (US$688). Así, las remuneraciones del sector público son, en promedio, un 43% más altas que las del sector privado y están un 84% por encima del PIB per cápita (mensualizado). La pregunta es, ¿Qué riqueza genera el burócrata si la mayoría del tiempo controla, bloquea, regula o interviene las libertades ciudadanas, económicas y civiles?
En una segunda parte de este informe mostraremos qué debe hacer nuestro siguiente gobierno en el 2026 (dado que este gabinete no tocará la “casta” burocrática) para hacer más eficiente el Estado y volver a poner en el centro al contribuyente, y no sus privilegios estatales.