¿Productividad o derechos laborales?
Hace unos días, Glatzer Tuesta, periodista de Ideele Radio, afirmó que la productividad no genera mejores sueldos, sino el respeto a los derechos de los trabajadores. Analicemos esta frase que podría generar confusiones. En primer lugar, defender los derechos del trabajador de una empresa no está en duda. Debe recibir un trato digno, funciones claras y un salario acorde al rol que ocupa. Sin embargo, esto no significa que las empresas deban o puedan subirle el sueldo sin algún criterio técnico.
No existe el derecho a que te suban el sueldo “porque sí”. Las empresas son capaces de aumentar salarios sin poner en riesgo su sostenibilidad -es decir, sin poner en riesgo a sus propios trabajadores- por muchas razones menos simples que usar el argumento de los “derechos” frente a las cámaras. Una de esas razones es la productividad.
La productividad laboral se refiere al valor generado por un trabajador en un período de tiempo específico. Muchos analistas de tendencia izquierdista o anti-empresa han querido confundirnos revistiendo esta palabra de negatividad: como si ser productivo fuera trabajar más horas o ser explotado por el empresario. Falso.
Un trabajador productivo es aquel que genera valor a la empresa en su cadena de producción o provisión de bienes y servicios. Mientras más productivo es, lo lógico e intuitivo es pensar que recibirá un mejor salario cada cierto tiempo. En Perú, los trabajadores formales son 7 veces más productivos que los informales (IPE) y esto se ve reflejado en sus salarios, que llegan a ser 150% más altos si cuentan con un contrato formal (COMEX).
Es cierto que, a mayor productividad, el salario no aumenta automáticamente, porque a esta se le suman otras variables. Por ejemplo: una pandemia, una crisis política, un evento climatológico o etapas de recesión económica… ¿Les suena conocido? Dirigir una empresa implica riesgos altos, no es algo fácil.
Volviendo al tema de la productividad, la evidencia a nivel internacional respalda que en países que logran mejorar su productividad laboral, sus trabajadores suelen experimentar mejoras en los niveles de vida a través de salarios más altos. Esto es sostenible. Una variable que afecta severamente esta relación es la rigidez laboral (dificultad para contratar, despedir, adaptarse a cambios, etc.). Un estudio colombiano (Machuca, 2017) explica que los salarios bajos pueden explicarse por rigideces en el mercado laboral, a tal punto que pueden observarse relaciones inversas entre los salarios, la productividad laboral y el desempleo. En el último Ranking de Competitividad Mundial (2023), el Perú ocupa el puesto 53 de 64 países en el pilar de Eficiencia Empresarial y puesto 61 en el subpilar de Productividad y Eficiencia.
En conclusión, se puede recomendar a quienes diseñan políticas públicas que si lo que buscan es mejorar salarios, deben enfocarse en aumentar la productividad. Y esto se traduce en políticas dirigidas a reducir la informalidad (problema que a la izquierda peruana de Glatzer Tuesta no le interesa), mejorar las capacidades de los trabajadores, disminuir la rigidez laboral, regular los abusos de municipalidades y autoridades estatales, apostar por una buena salud y educación par nuestros niños y jóvenes.
**Informe realizado por la Asociación de Contribuyentes del Perú y publicado en el diario Perú21.