La agricultura bate récords (a pesar del Estado)
El Estado debe promover la industria agrícola formal, tanto para exportación como para consumo interno o autoconsumo, porque constituye un motor de inversión, empleo y exportaciones que bate récords y nos llena de orgullo cada año que pasa.
Las exportaciones agrícolas de Perú representan un indicador de progreso económico y social en el país. En la actualidad, estas exportaciones constituyen cerca del 50% del total de las exportaciones no tradicionales y aproximadamente el 16% de todas las exportaciones realizadas por Perú. Se puede ver que, a partir del 2001, año en que se aprueba la Ley de Promoción Agraria, las exportaciones no tradicionales agrícolas crecieron más en comparación al resto de las no tradicionales.
El sector agroexportador se posiciona como uno de los sectores más dinámicos globalmente, permitiendo que Perú sea líder a nivel internacional en la exportación de productos como uvas, arándanos, espárragos y mangos, entre otros. Los acuerdos de libre comercio han desempeñado un papel crucial. Este factor ha posibilitado, por ejemplo, que Perú haya logrado pasar de no exportar arándanos en 2012 a liderar las exportaciones mundiales al cierre de 2021.
Una de las ventajas preeminentes de esta actividad radica en su alta demanda de mano de obra. Además de requerir una gran cantidad de trabajadores en sus procesos, los salarios en este sector suelen superar el promedio salarial tanto a nivel nacional como en comparación con otros sectores económicos.
Así, las agroexportaciones (tradicionales y no tradicionales), generaron en el 2021 cerca de 2 millones de empleos directos e indirectos (Fuente: ADEX). De acuerdo con Víctor Tenorio, Senior Division Manager Cornerstone, la agroindustria ha contribuido a la creación de más del 20% de empleos formales en el 2022, lo cual representa un incremento significativo comparado con periodos anteriores
Sin embargo, la informalidad laboral en los sectores relacionados a la agroexportación supera a la de otros sectores económicos del país, y esto no es responsabilidad del sector privado sino de los altos costos de la formalidad peruana, la burocracia, las persecuciones de la SUNAT, la SUNAFIL, entre otros graves problemas que generan políticos y burócratas estatales.
Si a esto le sumamos que las últimas reformas de la Ley de Promoción Agraria no han sido favorables (la Ley de Promoción agraria inicial permitió que los ingresos que los trabajadores del sector se incrementarán en más del 50%), que el empresariado peruano ha tenido que salir adelante enfrentando fenómenos climáticos y protestas sociales y que además el Estado no está reprogramando los pagos del programa REACTIVA, sino que lo sigue persiguiendo con sus cobranzas, ser líderes mundiales en este sector tiene todavía mucho más mérito. Los peruanos salimos adelante a pesar del Estado, no con su apoyo.
*Texto realizado por la Asociación de Contribuyentes del Perú y publicado originalmente en Perú21.