Anuncio de mas protestas genera zozobra: crecimiento de macro sur otra vez en jaque
Este miércoles 19 de julio se llevó a cabo la tercera “Toma de Lima”, marcha que exige la liberación del expresidente Pedro Castillo, la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Congreso y una Asamblea Constituyente. Si bien la protesta es un derecho, esta siempre se debe realizarse de manera pacífica; de lo contrario, se pueden perder vidas y millones de soles en ventas e infraestructura, tal y como sucedió durante las primeras manifestaciones de enero y febrero de 2023.
La Defensoría del Pueblo informó que 8 personas resultaron heridas (6 civiles y 2 efectivos policiales) en enfrentamientos entre policías y manifestantes en Huancavelica y en las inmediaciones del Congreso de la República. Asimismo, se reportó que alumnos radicales tomaron la Universidad Nacional de Cajamarca y que un grupo de protestantes quemaron un cajón de cartón en la puerta de la Prefectura de Huancavelica.
Respecto a los bloqueos, se identificó que 64 provincias del país estuvieron bloqueadas por periodos cortos de tiempo en departamentos como Amazonas, Ancash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Lambayeque, La Libertad, Lima, Loreto, Madre de Dios, Moquegua, Pasco, Cajamarca, Cusco, Huancavelica, Huánuco, Ica, Junín, Piura, Puno, San Martín, Tacna, Tumbes y Ucayali. Sólo Lima registró la paralización de actividades económicas.
El cierre de negocios y el bloqueo de carreteras imposibilita que sectores como transporte, comercio y turismo puedan generar ganancias en fechas tan importantes como fiestas patrias, época del año que los peruanos esperan para compartir junto a sus familias y viajar a diferentes destinos del Perú.
El ministro de Economía, Alex Contreras, aseguró que las manifestaciones pueden generar pérdidas de hasta S/100 millones. Esto se ha visto reflejado en la caída del sector minero en Apurímac de un 12.6% o con una variación negativa del sector transportes en Puno del 9.9% durante el primer trimestre de este año. Del mismo modo, nuevas movilizaciones violentas pueden provocar un retroceso en las inversiones privadas y en el incremento del índice de informalidad en Perú, el cual se mantiene en 79% gracias al bajo número de empresas formales que pagan salarios de acuerdo a los derechos laborales de los trabajadores.
Pese a los esfuerzos de sus organizadores por convocar a una marcha masiva, la “Toma de Lima” contó con una afluencia menor a las 20 mil personas. Sin embargo, los azuzadores del caos han decidido citar nuevamente a la población este 27, 28 y 29 de julio en la capital. Al estar programadas durante un feriado largo para los peruanos, estas nuevas manifestaciones podrían generar millonarias pérdidas económicas que terminarán perjudicando a los emprendedores locales de diferentes regiones. ¿Realmente las protestas son más importantes que sacar adelante al Perú? ¿Acaso es más importante exigir la liberación de un exmandatario involucrado en actos de corrupción que continuar trabajando para impulsar la economía de diferentes departamentos?