¿Realmente son útiles los bonos alimentarios que brinda el Estado?
El Estado anunció la entrega de un nuevo bono alimentario de S/.270 a partir del mes de noviembre. Sin embargo, estos subsidios económicos no tienden a ayudar verdaderamente a la reactivación económica del país, debido a que son directos y temporales. El economista Cacio Aldana no explica a detalle este punto y nos revela el verdadero problema que el gobierno de Pedro Castillo evita solucionar
Desde el inicio de la pandemia, el Estado peruano ha otorgado 7 bonos a aquellas familias consideradas en situación de pobreza o pobreza extrema por el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh). Si bien estos subsidios económicos fueron de gran ayuda para miles de peruanos, esta iniciativa del gobierno todavía resulta poco coherente para reactivar la economía nacional y apoyar verdaderamente a los ciudadanos a mediano o largo plazo.
Recordemos que, desde que el ingreso al poder de Pedro Castillo, su gestión hizo entrega de dos bonos: El primero fue Yanapay, el cual consistía en la entrega de S/.350, y el segundo es el nuevo bono alimentario anunciado por la vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Dina Boluarte, de S/.270.
Cabe resaltar que estas bonificaciones fueron aprobadas gracias a la Ley N°31538, la cual autoriza al gobierno a subsidiar los gastos básicos de los peruanos en el marco de la emergencia sanitaria. Pese a ello, las consideraciones establecidas en la referida norma no vienen siendo aplicadas adecuadamente, debido a que el dinero proveniente del Estado no es bien distribuido o, mejor dicho, no colabora verdaderamente a cubrir los gastos de nuestros connacionales al ser temporales.
Para comprender a detalle esta afirmación, Vigilante.pe conversó con el economista y analista de datos de la Asociación de Contribuyentes del Perú, Cacio Aldana, quien nos comentó que la estrategia empleada por el gobierno para entregar estas bonificaciones no está bien planteada, debido a que ya se ha demostrado como el monto asignado a cada familia resulta insuficiente para cubrir los gastos básicos.
De acuerdo a la información del Mapa de Inseguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada individuo en Perú debe pagar $3.28 o S/.12.89 para alimentarse sanamente en un solo día. Si consideramos que, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática, una familia promedio en el país está conformada por 4 integrantes, cada familia debería pagar al día un aproximado de S/.50 para nutrirse.
A la semana, esta cifra se convierte en S/.360 y, al mes, el monto que las familias peruanas deben invertir en su alimentación se incrementa a S/.1,443. Este primer punto revela como los bonos del gobierno resultan insuficientes para cubrir el gasto de alimentación de nuestros connacionales, pues la inversión mensual en productos es mucho más elevada al monto que ofrece el Estado.
Precio de la canasta básica
Por otro lado, cabe señalar que el costo de la canasta básica en Perú se incrementó en 47.09% desde diciembre del año pasado, pues pasó de costar S/.200 al cierre de 2021 a S/.278 en octubre de 2022. “Por persona, el precio de la canasta básica es de S/.378, esto quiere decir que el precio de las canasta de alimentos es ampliamente más alto que los S/.270 que están dando por familia. Desde aquí existe cierta incoherencia”, asegura Aldana.
En la misma línea, el experto nos señala que la entrega temporal de bonificaciones no es de gran ayuda para mitigar los problemas a los que se enfrentan los ciudadanos, debido a que, al ser subsidios directos y temporales, únicamente se maquilla el efecto de la reactivación económica al darte a los peruanos posibilidad de gasto.
Entonces, ¿Cuál es el verdadero problema?
Definitivamente, tal y como nos señala el especialista, este problema no radica en la entrega o no de bonos, los cuales provienen del dinero de los contribuyentes al aportar con sus impuestos y tributos, sino que, por el contrario, este problema se origina en una cadena de hechos que el gobierno ha sido incapaz de prevenir y/o frenar.
“Los bonos no solucionan el problema de raíz, que es la falta de oferta del mercado. Hay un desequilibrio en todas las cadenas productivas. Estos bonos no van a solucionar el problema de raíz ni de producción, sino que lo van a empeorar. Así vamos a recibir un 2023 con una situación de inseguridad alimentaria peor a la de 2022.”.
El incremento del precio del limón, la papa, la cebolla o zanahoria corresponde al bajo nivel de producción agrícola a nivel nacional producto de la crisis de fertilizantes que el gobierno peruano ha sido incapaz de frenar. Recordemos que la Contraloría General de la República observó serias irregularidades en 3 procesos de licitación de 44 mil toneladas de urea nitrogenada, hecho que conllevó a que dichos procesos se caigan.
Asimismo, el alto costo del kilo de pollo es una respuesta inmediata al alto precio que los productores peruanos deben invertir para importar aceite de soya y maiz amarillo, pues nuestra moneda se continua devaluando en relación al dolar americano a vista y paciencia de nuestras autoridades.
Nadie dice que los bonos no son necesarios de manera temporal para brindar un apoyo directo a los ciudadanos. Sin embargo, la crítica recae en la falta de coherencia en las estrategias que el Estado promueve para entregas dichos subsidios, debido a que buscan aliviar el alto costo de vida en el país con bonificaciones no constantes, en lugar de impartir iniciativas que eviten que la agroindustria y los niveles de producción continúen en declive.
“Los bonos son necesarios, pero deben aplicarse de manera inteligente y de manera organizada. Situación que no está cumpliendo el Estado por el simple hecho de que no se tiene claro cuál es el padrón y toda la población que está siendo afectada por el alza de precios y la inseguridad alimentaria”, finaliza Cacio Aldana.