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¿Cuándo volverán las clases presenciales en el Perú?

Redacción Vigilante Publicado 6:39 pm, 11 Noviembre, 2021

Casi finalizando el año 2021, segundo año de la pandemia por la COVID-19, y con más de 600 días sin ir a la escuela presencialmente, apenas el 6,5% de estudiantes peruanos han regresado a la modalidad semipresencial de clases. Ello cuando el 84,18% del personal educativo a nivel nacional ya tiene sus dos dosis de vacuna.

Hace unos días, un artículo de Asier Hernando Malax-Echevarría, exdirector regional de Oxfam en América Latina, publicado en el diario El País, alertaba sobre la situación de más de 600 días sin el retorno total a las clases presenciales en el Perú. Malax-Echevarría fue tajante en su exposición en el mencionado texto: “(…) no queda ya ninguna razón para poder justificar esta tragedia…Esta situación dejará como legado a miles de niños y niñas que ya no aprenderán a leer, adolescentes con problemas de salud mental de por vida y futuros profesionales en Medicina, Ingeniería o Derecho sin los conocimientos necesarios y sobre todo niñas, muchas niñas sufriendo violaciones evitables. Perú triplicó los casos de menores de 10 años forzadas a ser madres en 2020. Todavía perdura la falsa creencia de que el hogar es seguro y el colegio es peligroso cuando toda la evidencia señala que es al revés”. Este diagnóstico, junto a voces ciudadanas como las del colectivo Volvamos a Clases y a un fuerte movimiento de protesta en redes sociales, en los últimos días ha hecho que volvamos a la discusión sobre este asunto esencial para el desarrollo de nuestro país.

Si bien durante su presentación ante el Pleno del Congreso para solicitar el voto de confianza, la primera ministra Mirtha Vásquez aseguró que el Gobierno tiene previsto el retorno a clases presenciales desde marzo del 2022 y que para julio de ese año, el 99% de las escuelas deberían reabrir, existe la percepción ciudadana queja de que este proceso se está realizando de manera muy lenta y con poca voluntad, sobre todo en la capital. Si nos enfocamos en las cifras, es cierto que no ha avanzado a una celeridad óptima. Entre abril y octubre del 2021 las escuelas abiertas pasaron de 1% a solo 10,6%. Ello podría resultar contradictorio si, según datos del MINSA, el 84,18% del personal educativo a nivel nacional ya tiene sus dos dosis de vacuna. Al respecto Malax-Echevarría sentencia en su nota:

“La situación actual, con el 84% de los profesores vacunados y la pandemia en sus niveles más bajos, es ridícula y cruel. Es difícil explicarle a un menor, después de haber estado el domingo en el cine comiendo palomitas o jugando en el parque de atracciones del centro comercial, que el lunes no podrá ir a clase porque puede allí contagiarse y tenemos que protegerle”.”

Sin embargo, para el exministro de Educación e investigador del Instituto de Estudios Peruanos, Ricardo Cuenca, si bien este retraso en parte se debe a un asunto de voluntad política, es necesario no perder de vista que el objetivo fundamental es el retorno a la presencialidad total pero que en el camino no se debería polarizar ni limeñizar la discusión ni el diálogo encaminado a que ello ocurra. “Se ha generado una polarización que alerté desde hace tiempo. Inmediatamente hay gente que cree que el motivo por el que no se abren las escuelas es por desidia y por desinterés. Polarizar así la discusión hace que se impida tomar acuerdos a nivel local y país para salir adelante. Finalmente, si se sigue polarizando los únicos perjudicados van a ser los propios alumnos. Si se polariza no se crea confianza. Y otra cosa, en las últimas semanas la discusión se ha limeñizado mucho, mejor darle una mirada nacional”, anota Cuenca.

El panorama en regiones y en Latinoamérica

Cuenca apunta a que se debe apuntalar desde el Ministerio de Educación a abrir un permanente diálogo —en mesas de trabajo, por ejemplo— con las diferentes UGELES de todo el país y gobierno regionales —finalmente, los responsables y quienes tienen la competencia para tomar las decisiones de reaperturar las escuelas en cada región del país— para generar confianza con el objetivo de que se pueda concretar la decisión de abrir las escuelas de forma gradual. Ello teniendo en cuenta la realidad y preocupaciones de cada lugar del Perú en específico. 

Si revisamos las cifras actualmente en el país ya hay 11,839 servicios educativos con semipresencialidad, de los cuales 203 son privados; y solo en Lima Metropolitana hay 117 servicios reabiertos (112 privados y  5 públicos). Ello ha beneficiado a apenas 6,5% de estudiantes peruanos que ya cuentan con educación semipresencial. ”

De ese porcentaje total, lamentablemente en diez regiones, el porcentaje de alumnos con escuelas reabiertas no pasa del 1%. Es por ello, recalca Cuenca, que se debe mirar la problemática a nivel país y trabajar en conjunto para que estas cifras se reviertan lo más pronto posible.

Si vemos al Perú  en relación con Latinoamérica, las cifras tampoco son alentadoras. Perú es el tercer país de la región con menos alumnos en clases semipresenciales, solo por encima de Cuba y Guatemala. Y ocupa el último lugar en Sudamérica. Hasta mediados de octubre, Argentina tenía al 94% de sus estudiantes en clases con algún tipo de presencialidad; Chile al 88%; Bolivia al 73%; Colombia al 60,1% y Paraguay al 53%.”

En el caso de Argentina, la vuelta a las aulas ocurrió desde mediados de febrero, sobre todo en Buenos Aires. Se planteó allí a nivel nacional un regreso escalonado, con protocolos sanitarios y dando prioridad a los niveles inicial y primario de la educación en el país. En Chile, desde marzo de este año se abrió las escuelas de manera masiva debido a la situación epidemiológica favorable con lo cual alrededor de 1 millón de estudiantes regresaron al colegio de manera presencial. En Colombia, a partir de enero de 2021, se avaló el regreso a clases presenciales. Sin embargo, fue hasta la Resolución 777 del 2 de junio de 2021, del Ministerio de Salud y Protección Social, que la educación inicial, preescolar, básica y media tenía que ser de manera presencial, proceso que se ha llevado a cabo de manera gradual hasta la fecha. En Bolivia, para afines de setiembre, más de 77% de las unidades educativas de todo Bolivia ya había regresado a clases presenciales o semipresenciales.

Finalmente, Cuenca agrega que es fundamental que se continúe con el trabajo hacia la presencialidad en las escuelas de forma escalonada “No solo porque hay riesgos en el aprendizaje que se pueden perder, sino porque la escuela es un espacio de formación ciudadana y de contención social y emocional, lo cual resulta fundamental, que en un país tan fracturado como el nuestro , existan espacios de este tipo para la socialización”.

Para el cierre de esta nota, el Ministerio de Educación emitió un comunicado a través de sus redes sociales en el que se difunde la postura clara del retorno a la presencialidad para el año lectivo 2022, mismo que iniciaría en el mes de marzo. Asimismo, se hizo hincapié en que dicho retorno se realizará de manera flexible y descentralizada.

Más datos del impacto de la Pandemia en la Educación en el Perú:

  • Según cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI, el porcentaje de estudiantes que continuaron llevando clases en el 2020 a través de cualquier modalidad se redujo cinco puntos porcentuales respecto a los niveles de asistencia del 2019, al pasar de 92% a 87%. Esto significa que más de 400 mil alumnos dejaron de plano de llevar clases durante el año pasado a raíz de la pandemia. El mayor descenso ocurrió en el nivel de educación inicial, en el que la proporción de niños que recibieron clases cayó de 93% a 81%.
  • De acuerdo con las estimaciones del MINEDU, 705 mil niñas, niños y adolescentes han interrumpido sus estudios entre el 2019 y el 2020 o están en riesgo de hacerlo. De ellos, 597 mil de Instituciones Educativas Públicas y con una alta presencia de adolescentes en educación secundaria.
  • Según estimaciones realizadas por el Banco Mundial, si las escuelas permanecen cerradas por 13 meses, en países como el Perú el porcentaje de estudiantes por debajo del nivel mínimo de rendimiento en pruebas de comprensión lectora y razonamiento matemático se incrementaría de 54% a 76%. Este resultado representaría un gran obstáculo para que la generación actual de estudiantes pueda desarrollar habilidades básicas y fundamentales que les permita insertarse posteriormente en el mercado laboral a puestos de trabajo de calidad.
  • Con esta crisis en los aprendizajes, países como el Perú podrían experimentar significativas pérdidas de productividad y capital humano. Según el BID, con el cierre de las escuelas por 10 meses, un alumno promedio en América Latina que asiste actualmente a la escuela podría perder hasta US$1.313 –ajustados por paridad de poder adquisitivo del 2017– de ingresos anuales cuando ingrese al mercado laboral.
  • La Contraloría General de la República, entre agosto de 2020 y enero de 2021, realizó una supervisión a la estrategia “Aprendo en Casa” del Ministerio de Educación (Minedu) y encontró que más de la tercera parte de los alumnos de secundaria de colegios públicos de 17 regiones no habían logrado obtener la nota mínima satisfactoria. La institución concluyó que el 43% de los alumnos de secundaria fueron aprobados y el 32% no logró obtener la nota mínima satisfactoria. Estos últimos necesitan recibir una “promoción guiada”, lo que comúnmente se conoce como “recuperación” o “nivelación”, para alcanzar el nivel educativo necesario.
  • El año pasado, entre noviembre y diciembre, la Defensoría realizó una supervisión a 164 Unidades de Gestión de Educación Local (UGEL). Así encontró, por ejemplo, que más de 373 mil estudiantes de instituciones educativas públicas no accedieron a la estrategia educativa “Aprendo en casa” (programa de televisión, de radio y plataforma virtual).
  • Tras un promedio de 159 días de clases perdidos en 2020, las consecuencias de la Covid-19 en la educación del país alcanzarían un impacto todavía mayor en los pueblos indígenas. De acuerdo con el informe “Los costos y la respuesta ante el Impacto de la pandemia de Covid-19 en el Sector educativo de América Latina y el Caribe”, del Banco Mundial, esta región sería la segunda con mayor crecimiento en la “pobreza de aprendizaje”. En porcentajes quiere decir que la proporción de niños que no pueden leer un texto simple al final de la primaria aumentaría de 51% a 62,5% (Perú se encontraba en 56% antes de la pandemia). Esto es: 7,6 millones más de niñas y niños “pobres de aprendizaje”. América Latina y el Caribe también sería una de las regiones con más proporción de chicos del primer ciclo de secundaria debajo del nivel mínimo de rendimiento, según las pruebas internacionales PISA.
  • Este atraso tendría un alto precio durante los próximos años. “Las pérdidas de aprendizaje podrían traducirse en un costo económico total, medido en términos de pérdida de ingresos futuros a percibir, de hasta US$1.700 millones de dólares, tomando en cuenta dólares de paridad de poder adquisitivo (de 2017) y una duración estimada de 10 meses de cierre de escuelas”, dice el estudio del Banco Mundial.


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