Fecha: 23 diciembre, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.36

Rotación sin rumbo: MEF y Sunat cambian de cabezas mientras el déficit fiscal se agrava

En solo 22 meses, el Ministerio de Economía y Finanzas y la Sunat sumaron 11 autoridades. La inestabilidad institucional frena una política fiscal coherente, debilita la recaudación y pone en riesgo la consolidación fiscal.
Redacción Vigilante Publicado 9:30 am, 23 diciembre, 2025

La constante rotación de autoridades en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) se ha convertido en un problema estructural para la política fiscal del país. En menos de dos años, ambas instituciones han tenido 11 titulares entre ministros y jefes, una situación que mina la continuidad de las decisiones tributarias y agrava un déficit fiscal que sigue fuera de control.

Desde enero de 2024, el MEF ha cambiado cinco veces de ministro y la Sunat seis veces de jefe. Esta alta rotación no es un simple dato administrativo: tiene efectos directos sobre la estabilidad fiscal y la capacidad del Estado para recaudar de manera eficiente. Cuando las máximas autoridades cambian constantemente, no existe una línea clara ni sostenida de política tributaria. Cada gestión llega con prioridades distintas, ajustes parciales y, muchas veces, decisiones que se deshacen en el siguiente relevo.

El problema se refleja en las cifras. En 2024, el déficit fiscal cerró en 3.5% del PBI, incumpliendo la meta oficial por segundo año consecutivo. Aunque en 2025 el desequilibrio se moderó, todavía se mantiene por encima del objetivo de 2.2%. Sin reformas de fondo en el gasto público y en el sistema tributario, la meta de reducir el déficit al 1% del PBI hacia 2028 luce cada vez más lejana.

Recaudación, informalidad y el rol de la Sunat

Gran parte del déficit está asociado al elevado gasto del Estado, especialmente al destinado a planillas y sostenimiento de personal. Sin embargo, el problema no se limita al lado del gasto. La recaudación también enfrenta serias limitaciones debido a un sistema tributario complejo, burocrático y poco amigable con la formalidad, en un país donde la informalidad sigue siendo la norma y no la excepción.

Para ampliar la base tributaria, se requiere un sistema fiscal más simple y accesible, que incentive la formalización de las pequeñas y medianas empresas. Reducir trámites, simplificar regímenes y aliviar la carga administrativa permitiría incorporar a miles de contribuyentes hoy excluidos del sistema. No obstante, la Sunat parece ir en sentido contrario: en lugar de facilitar la formalización, muchas veces la vuelve más costosa y complicada.

La inestabilidad en la jefatura de la Sunat agrava este escenario. Cada cambio implica reordenamientos internos, nuevas estrategias y, en algunos casos, giros abruptos en el enfoque de fiscalización y control. Esto genera incertidumbre entre los contribuyentes y debilita los esfuerzos de largo plazo para combatir la informalidad y mejorar la recaudación.

Desde 2016, el MEF y la Sunat han tenido en conjunto 25 autoridades. La administración tributaria es demasiado importante para depender del vaivén político del Ejecutivo de turno. Recuperar la disciplina fiscal, garantizar estabilidad institucional en el MEF y la Sunat, y simplificar la formalidad no es una opción, sino una urgencia. De lo contrario, el país se encamina a un escenario económico cada vez más frágil.

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