Un presupuesto creciente que no cura la mala gestión en salud
El Estado peruano llegará al 2026 con un presupuesto público récord, pero con los sectores más importantes aún estancados. De acuerdo con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), salud recibirá 33 mil 33 millones de soles. Sin embargo, los principales indicadores públicos, informes sectoriales y encuestas revelan una contradicción persistente: más dinero no está significando mejores servicios.
Déficit de personal médico en zonas más vulnerables
Los retos en salud son conocidos y llevan años sin resolverse pese a los incrementos presupuestales. La OCDE y diversas entidades públicas han elaborado informes que evidencian un sector fragmentado, desigual y crónicamente mal administrado. En 2022, el país contaba con apenas 1,6 médicos por cada 1.000 habitantes, muy por debajo del promedio latinoamericano (2 por 1.000) y aún más lejos del estándar de los países miembros del organismo internacional (3,8 por 1.000). La cifra no ha variado.
No obstante, la distribución territorial muestra un problema más profundo: actualmente solo el 9,8% de los médicos del sector público trabaja en zonas rurales, porcentaje que viene disminuyendo desde 2013, según el Ministerio de Salud. En esa línea, estudios de la OCDE indican que Lima, Callao, Arequipa, Moquegua, Ica y Tacna están por encima de la media nacional de personal sanitario por habitante, mientras que regiones como Loreto, San Martín y Ucayali mantienen un déficit (0,8 por 1.000).
Infraestructura hospitalaria sigue postergada
A ello se suman proyectos hospitalarios con retrasos crónicos, centros de salud sin equipamiento adecuado y una atención primaria debilitada que no logra evitar la saturación hospitalaria. Esto agrava crisis como la anemia, que en 2024 afectó al 43,7% de niños menores de tres años. Según el INEI, muchos establecimientos de primer nivel (puestos y centros de salud) no cuentan con capacidad instalada eficiente: solo en 2023, el 97,1% fue clasificado como de “capacidad inadecuada” en infraestructura o condiciones. Una realidad que desalienta a más del 61% de pacientes de acudir a un centro médico cuando presentan alguna dolencia.
El 2025 cierra con la sensación de que el país financia un aparato estatal pesado y costoso, pero poco efectivo para garantizar servicios de salud oportunos y de calidad. Además, la inestabilidad política, que debilita la gobernabilidad y cambia autoridades con frecuencia, erosiona cualquier intento de continuidad en programas esenciales.
¿Habrá algún cambio este 2026? Para el próximo año, el sector recibirá un incremento importante de recursos, entre ellos más de 2 mil 229 millones de soles para infraestructura hospitalaria y más de 2 mil 535 millones para fortalecer el aseguramiento universal. Estos fondos abren una oportunidad para corregir carencias históricas, siempre y cuando la gestión no vuelva a fallar beneficiando el crecimiento de planillas antes que el cierre de brechas.