Crisis en frontera con Chile expone las debilidades del control migratorio peruano
La frontera sur de Perú enfrenta presión por migrantes que intentan ingresar desde Chile sin documentos. El gobierno declaró el estado de emergencia en los distritos de Tacna, Palca y La Yarada-Los Palos, y envió efectivos de la Policía Nacional y de las Fuerzas Armadas para reforzar los controles fronterizos.
El aumento de migrantes se produjo después de que el candidato presidencial chileno José Antonio Kast anunciara que aplicaría medidas más estrictas contra quienes viven en Chile sin documentos. Esto generó miedo y motivó a muchas personas, en su mayoría venezolanos, a trasladarse hacia Perú.
Algunos migrantes bloquearon temporalmente la carretera Tacna-Arica, causando retrasos y problemas logísticos. Según reportes periodísticos, cerca de 100 personas se encontraban varadas esperando poder cruzar la frontera. La concentración de migrantes muestra que, aunque el Estado ha actuado, la gestión ha sido más reactiva que preventiva.
Para ordenar la situación, Perú y Chile acordaron crear un Comité Binacional de Cooperación Migratoria, encargado de coordinar patrullajes, compartir información y organizar el ingreso y salida de los migrantes de manera más segura y controlada.
Las autoridades señalan que el ingreso de personas sin documentos representa desafíos en seguridad, control sanitario y atención humanitaria. Muchos migrantes están en situación vulnerable y podrían enfrentar detenciones, repatriaciones o falta de refugio adecuado.
La crisis actual no es masiva a nivel nacional, pero es seria en los puntos fronterizos, mostrando la necesidad de un plan más sólido y coordinado. La situación en Tacna deja claro que la gestión de la frontera sur requiere planificación, organización y un enfoque que proteja tanto a la población local como a los migrantes.