La burocracia asfixia a las empresas peruanas
En el Perú, emprender un negocio no solo requiere capital e ideas, sino una paciencia sobrehumana. Según el Índice de Barreras Burocráticas 2025, elaborado por el Adam Smith Center y la Asociación de Contribuyentes del Perú, abrir una mediana empresa demanda más de 3,300 horas en trámites administrativos, equivalentes a 139 días calendario.
Pero el problema no termina al abrir. Mantener la operación legal de esa empresa implica otras 3,471 horas al año, es decir, 145 días completos dedicados exclusivamente a cumplir con las exigencias estatales. En total, las medianas empresas destinan más de 6,800 horas anuales a trámites, licencias, reportes y permisos.
El resultado es devastador: pérdida de tiempo, recursos y competitividad. En un país donde el 73% de la población trabaja en la informalidad, la maraña burocrática no solo frena la productividad, sino que empuja a miles de empresarios a mantenerse pequeños o fuera del sistema formal.
El estudio también revela que sectores como el comercio y la construcción son los más golpeados por la sobrecarga regulatoria. Trámites duplicados, normas arbitrarias y procesos confusos disuaden la inversión y restan dinamismo a la economía.
“El Perú no puede seguir siendo un país donde producir es más difícil que tramitar”, advierten los autores del informe. La solución, sostienen, pasa por una reforma estructural que reemplace las barreras burocráticas por incentivos y mecanismos que simplifiquen los procesos, promuevan la formalidad y devuelvan a las empresas el tiempo que hoy pierden frente a la ventanilla estatal.