El nuevo presidente del Perú aún es un desconocido


Mientras se acerca el proceso electoral para reemplazar a la mandataria Dina Boluarte el 12 de abril de 2026, las encuestas de opinión pública muestran un panorama preocupante por un alto porcentaje (entre 56% y 62%) de indecisos y de votos en blanco o viciados, una señal clara de que el próximo presidente podría ser alguien que aún no aparece en las encuestas.
Un estudio reciente de CPI señala que el 39,3 % de ciudadanos no sabe por quién votar y otro 17,2 % votaría en blanco o viciaría su voto. En total, más de 56 % del electorado no tiene candidato definido. Cifras similares fueron recogidas por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), que reportó que 62,7 % de los peruanos se mantiene sin opción clara. Entre los indecisos destacan los más jóvenes: más del 50 % de personas entre 18 y 24 años aún no decide su voto.
Es decir, aunque Keiko Fujimori lidera con 9,7 % los sondeos, seguida de Rafael López Aliaga (8,9 %) y Carlos Álvarez (7 %), estos porcentajes palidecen frente a la magnitud del voto no definido. En otras palabras, el próximo presidente del Perú aún no está en los radares de la opinión pública y la historia electoral reciente respalda esta lectura. En el 2021, Pedro Castillo inició con cifras menores al 5 % de intención de voto y llegó a la segunda vuelta, derrotando finalmente a Fujimori. Algo similar ocurrió en elecciones anteriores, donde candidatos con escaso protagonismo inicial lograron convertirse en figuras centrales en la recta final.
¿Por qué ocurre esto? Existen varios factores. En primer lugar, la desconfianza en los candidatos tradicionales, muchos de los cuales arrastran altos niveles de rechazo tras años de crisis política. En segundo lugar, la fragmentación partidaria, con más de 40 aspirantes declarados, impide que alguna candidatura consolide apoyos tempranos. Además, el peso del voto joven será decisivo: este sector, que crece en número y participación, no encuentra aún una figura con la que identificarse. Finalmente, el voto en blanco y nulo, que suele disminuir conforme se acercan las elecciones, se mantiene en niveles históricos y podría alterar los umbrales necesarios para ganar en primera vuelta.
Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística en Informática, habrá alrededor de 3,7 millones de jóvenes de 18 a 24 años habilitados para votar en 2026, de los cuales 2,52 millones serán votantes por primera vez, es decir, ciudadanos que cumplieron 18 años desde las elecciones pasadas y que debutarán en las urnas. Considerando que el padrón total esperado para 2026 es de 27,4 millones de electores, el voto juvenil podría inclinar la balanza en una contienda tan fragmentada.
Lo que queda claro es que el Perú está cansado de las mismas caras de siempre y busca un cambio. La pregunta clave es: ¿qué candidato, entre los más de 40 que competirán, logrará conectar realmente con el ciudadano común? ¿Quién representará ese aire nuevo que el país espera? Tal como ocurrió en el pasado, no se puede descartar que un rostro hoy casi invisible —con 0,2 % en las encuestas— se convierta en protagonista.