Presupuesto 2026 destina S/ 10.9 millones a la macrorregión centro


En medio de desigualdades persistentes, el Presupuesto General para 2026 asciende a S/ 257.562 millones. De ese monto, S/ 59.164 millones se destinarán a gobiernos regionales, un 8,6% más que en 2025. La macrorregión centro —Junín, Ayacucho, Huancavelica, Huánuco y Pasco— recibirá S/ 10.939 millones, con el supuesto objetivo de cerrar brechas en educación, salud e infraestructura. Pero la realidad es otra: para estas regiones también se prioriza el gasto corriente, con S/ 7.002 millones en personal y obligaciones sociales, y S/ 3.079 millones en adquisiciones de activos no financieros para inversiones. Es decir, 7 de cada 10 soles irán a sueldos, mientras que apenas 3 soles se usarán en obras.
Específicamente, Junín recibirá S/ 3.499 millones (con 63% en personal), Ayacucho S/ 2.681 millones (58% en personal), Huancavelica S/ 1.505 millones (75% en personal), Huánuco S/ 2.217 millones (69% en personal) y Pasco S/ 1.237 millones (48% en personal).
Hasta septiembre de 2025, la ejecución del presupuesto en la macrorregión centro promedia el 60%. Junín encabeza con 72%, mientras Huánuco y Pasco alcanzan entre 46% y 50%. Estas cifras, aunque parecen alentadoras a primera vista, repiten un patrón ya conocido: en 2024 Huancavelica logró ejecutar el 98,3%, pero Huánuco se quedó en 46,5%. Pero el contraste por sectores es más revelador: en educación y salud, la ejecución de gastos corrientes supera el 90%, mientras cae al 60% en obras viales. Esto muestra un problema de fondo: los recursos públicos —provenientes de los contribuyentes— no se aprovechan adecuadamente, lo que perpetúa desigualdades en las regiones más vulnerables.
Necesidades clave y vigilancia al poder público
Según el INCORE 2025 del Instituto Peruano de Economía (IPE), estas regiones ocupan posiciones medias-bajas en competitividad: Junín en el puesto 11 (5.2 puntos), Pasco en el 14 (5.0), Ayacucho en el 17 (4.8), Huancavelica en el 18 (4.8) y Huánuco en el 21 (4.4), por debajo del promedio nacional. En educación, Huánuco y Pasco puntúan solo 4.5, con tasas de logro en matemáticas inferiores al 30% en primaria y conclusión secundaria por debajo del 80%, demandando más inversión en infraestructura escolar y acceso a internet. Ayacucho (6.6) y Huancavelica (5.4) muestran mejoras, pero la ejecución irregular en 2025 (alrededor del 70% en proyectos educativos) no cierra brechas.
En salud, Huancavelica destaca con 6.5 puntos, pero enfrenta desnutrición crónica en el 22-24% de niños, doble del promedio; Huánuco (5.8) requiere mayor cobertura médica y reducción de anemia infantil. La ejecución en salud en 2025 promedia el 90%, pero rezagos en estas zonas exigen vigilancia para prevenir despilfarros.
Para infraestructura como carreteras, Huánuco y Pasco puntúan 4.7-4.8, con necesidades en red vial y acceso a agua (menos del 70% rural), contrastando con asignaciones en 2026 para conectividad (S/ 809 millones en Huánuco, S/ 856 millones en Pasco). La formalización laboral es crítica en Huánuco (3.4 puntos), con alta informalidad y brecha de género en ingresos (35%), necesitando políticas para reducir jóvenes ni-ni. En seguridad ciudadana, Ayacucho (3.8) y Junín (4.7) registran altos índices de victimización, demandando más fondos para gestión pública y reducción de delitos, ante ejecuciones en 2024-2025 que no han impactado brechas.
El presupuesto 2026 plantea un desafío: sin gestión eficiente ni rendición de cuentas, el dinero del contribuyente corre el riesgo de quedar atrapado en la inercia administrativa. La vigilancia ciudadana y la exigencia al poder público serán determinantes para que la macrorregión centro traduzca los recursos en verdadero desarrollo.