Fecha: 7 agosto, 2025 Tipo de cambio : s/ 3.555

Boluarte promete más para Amazonas, pero deja dudas sobre ejecución de obras

Boluarte llenó su discurso de promesas para Amazonas: justicia intercultural, puentes y electrificación. Pero entre anuncios millonarios y proyectos “macro”, faltó lo esencial: fechas concretas, beneficiarios específicos y mecanismos de rendición de cuentas. ¿Cuánto llegará realmente a las comunidades más olvidadas de la selva?
Redacción Vigilante Publicado 1:46 pm, 5 agosto, 2025

Durante su mensaje por las Fiestas Patrias 2025, la presidenta Dina Boluarte dedicó un bloque importante a prometer desarrollo e inclusión para regiones históricamente postergadas como Amazonas. Los anuncios abarcaron justicia intercultural, conectividad digital, electrificación rural, turismo, medio ambiente y gestión de residuos, con énfasis en propuestas con enfoque territorial.

En ese marco, Boluarte anunció la implementación del Sistema Nacional Especializado de Justicia en la provincia de Condorcanqui, con una inversión de 20 millones de soles. Una iniciativa que busca atender casos de violencia en comunidades indígenas, donde la barrera cultural y lingüística ha sido históricamente una dificultad para acceder al sistema judicial. También presentó el inicio del servicio rural Aynikuy en Canampa, una intervención con enfoque intercultural que, según sus palabras, representa “una nueva forma de gobernar”.

Ambas propuestas buscan responder a una necesidad concreta del territorio amazónico: una justicia con enfoque étnico y territorial que considere las realidades de las poblaciones indígenas. Sin embargo, pese al carácter positivo, el mensaje presidencial no ofreció información sobre cómo se medirá el impacto de estas políticas, ni si existen mecanismos de seguimiento que aseguren su continuidad más allá de la gestión actual. En ausencia de estos elementos, las propuestas corren el riesgo de quedarse en el plano declarativo.

Anuncios generales en Infraestructura y conectividad

En el eje de infraestructura, la presidenta anunció que Amazonas recibirá siete puentes modulares metálicos antes de julio de 2026, como parte de un conjunto de 74 unidades que se distribuirán a nivel nacional. También prometió la ejecución de proyectos de “última milla” para llevar internet fijo a escuelas y centros de salud en múltiples regiones, entre ellas Amazonas, y la culminación de 26 proyectos de electrificación rural entre 2025 y 2026.

No obstante, ninguno de estos anuncios vino acompañado de información detallada sobre los distritos o comunidades beneficiadas. Tampoco se dijo cuál es el presupuesto asignado. La falta de especificidad es similar a la de su mensaje del año anterior, cuando se anunció un paquete de 25 proyectos de electrificación que también incluía a Amazonas, sin que se conozcan hasta ahora resultados concretos.

Este tipo de promesas “en bloque”, en las que una región es mencionada junto a muchas otras sin diferenciar sus necesidades particulares, limita la capacidad de evaluación y seguimiento ciudadano. La invisibilización del territorio detrás de cifras nacionales refuerza una lógica centralista que ha sido constantemente cuestionada por autoridades y organizaciones locales amazónicas.

Medio ambiente y turismo: proyectos simbólicos sin trazabilidad efectiva

En materia ambiental, la gestión de residuos fue uno de los pocos puntos con mayor precisión: Boluarte anunció la culminación de un relleno sanitario y planta de valorización en Chachapoyas, con una inversión nacional de 45 millones de soles. Este último proyecto representa uno de los pocos compromisos con localización y meta concreta, destinado a evitar que más de 600 toneladas de residuos vayan a botaderos. Por otro lado, en el campo del turismo, la presidenta incluyó a Amazonas como parte del Corredor Turístico Macro Norte, que recibirá una inversión de 1,200 millones de soles.

Boluarte también prometió la dispersión de 7,5 millones de esferas restauradoras para recuperar 2,000 hectáreas degradadas por incendios forestales, lo cual beneficiaría a más de 5,800 familias amazónicas. También mencionó el otorgamiento de 3,900 créditos verdes por 22 millones de soles destinados a bionegocios en nueve regiones, incluyendo Amazonas. A primera vista, se trata de medidas alineadas con la protección ambiental y el desarrollo sostenible. Pero el mensaje no incluyó información sobre a qué organizaciones, empresas o familias se asignaron estos créditos, ni cómo se controlará su uso.

El discurso presidencial dejó en evidencia una intención política de “incluir” a Amazonas en los grandes planes de gobierno. Fue nombrada numerosas veces, pero no visibilizada. En una región con brechas estructurales profundas, los discursos sin acciones solo profundizan la desconfianza. Las promesas ya no bastan.

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