Bicameralidad: aún sin reglas claras para el funcionamiento del Senado


La reinstauración de la bicameralidad en el sistema legislativo peruano ha generado importantes cambios a nivel constitucional, obligando al Congreso a adecuarse no solo estructuralmente, sino también normativamente. En ese contexto, un tema urgente y aún pendiente es la aprobación del Reglamento del Senado, el cual deberá regir el funcionamiento de esta nueva cámara alta.
Si bien las modificaciones constitucionales han establecido que el Senado y la Cámara de Diputados deben elaborar y aprobar sus propios reglamentos, los cuales tendrán rango de ley orgánica, el actual Congreso tiene la potestad de formular estas normas. Pero aún no se ha debatido ni aprobado ninguno de los reglamentos.
Uno de los proyectos más avanzados y relevantes sobre el Reglamento del Senado fue presentado en marzo de 2025 por los congresistas Alejandro Cavero y Patricia Juárez. Este proyecto plantea funciones fundamentales en, por ejemplo, la labor legislativa. En este sentido señala que el Senado podrá aprobar, rechazar o modificar las propuestas normativas enviadas por la Cámara de Diputados.
En tanto, para la función de control político incluye la fiscalización de actos del Poder Ejecutivo, como decretos de urgencia, legislativos y tratados internacionales. Y para la función de elección y ratificación plantea que el Senado sería responsable de designar a altos funcionarios como el Defensor del Pueblo, magistrados del Tribunal Constitucional y tres miembros del directorio del Banco Central de Reserva (BCR).
Además, el proyecto propone regular procedimientos especiales como la aprobación de tratados internacionales y normas tributarias, así como el procedimiento legislativo ordinario, clave para la producción de leyes en la estructura bicameral.
Vacíos normativos preocupantes
No obstante, el proyecto de los parlamentarios Cavero y Juárez enfrenta cuestionamientos por algunos vacíos importantes. Uno de los aspectos más sensibles es la falta de definición sobre el quórum y los votos necesarios para la aprobación, modificación o rechazo de dictámenes legislativos en el Senado.
El proyecto menciona que los dictámenes pueden ser emitidos por unanimidad, mayoría o minoría, no se establece cuántos votos conforman cada categoría ni cuáles serían válidos para la aprobación de normas. La falta de un marco preciso sobre este punto crítico podría abrir la puerta a controversias constitucionales y políticas, comprometiendo la legitimidad y eficacia del nuevo Senado.
A medida que se acerca la implementación plena de la bicameralidad, crece la urgencia de debatir y aprobar los reglamentos tanto del Senado como de la Cámara de Diputados. La ausencia de estas normativas no solo retrasa el funcionamiento del nuevo Congreso, sino que también impide que los futuros senadores y diputados conozcan con claridad sus competencias, procedimientos y límites.
Expertos en derecho constitucional han alertado sobre la necesidad de establecer una hoja de ruta legislativa para implementar de manera ordenada la bicameralidad. La transición hacia un Congreso bicameral debe estar acompañada de reglas claras, funcionales y consensuadas para que esta nueva etapa legislativa cumpla con las expectativas de representación, control y producción normativa que la ciudadanía exige.