La ruta del oro ilegal: ¿será Cenepa el nuevo Vraem?


La minería ilegal en el Perú cada día crece más y el Estado, en vez de poner las manos a la obra y combatirlo, ha decidido empoderar los mineros ilegales, los mismos que vienen creciendo en el Cenepa —ubicado en la provincia de Condorcanqui, en el departamento de Amazonas— y planean quedarse para seguir extrayendo minerales sin ser supervisados y sin importarles las consecuencias ambientales de sus actos. Como en el Vraem, la zona se vuelve cada vez más peligrosa, incluso para los comuneros.
Se trata de al menos 8 dragas en las que grupos de entre 15 y 20 mineros ilegales extraen oro durante horas, en la comunidad nativa de Pagki. En el Perú, el uso de dragas en ríos está prohibido. Por lo tanto, se trata de una actividad ilegal. A esto se suma que utilizan altas dosis de mercurio, un metal pesado que contamina el medio ambiente de la selva peruana. Según pudo conocer Mongabay, sus pequedragas — plataformas asentadas sobre peque peque— y balsas mineras vienen cubriendo los ríos Cenepa y Santiago.
La minería ilegal viene afectando también a mujeres y menores de edad, según diversas investigaciones periodísticas. Los niños son obligados a trabajar mientras las mujeres deben cocinar y lavar la ropa a los mineros. Los tienen controlados. Se presume que las aspiraciones de los mineros ilegales son aún mayores: buscan casarse con mujeres de la zona para convertirse en comuneros y, de esta forma, sentirse protegidos ante un posible desalojo.
Los rostros desconocidos de los mineros ilegales
La identidad de los mineros ilegales está bien cuidada. Ni siquiera los líderes de las comunidades donde operan los han empadronado y la poca información que se tiene indica que provienen del Vraem, Pucallpa, Puerto Maldonado, Iquitos y Puerto Inca, lugares que tienen en común la depredación del medio ambiente.
Los mineros ilegales se han organizado de tal forma que se encuentran alerta y vigilando en todo momento el ingreso de desconocidos a la zona, de acuerdo a los testimonios de los pobladores de la zona. Ni siquiera los comuneros se salvan, pues ya hay antecedentes de que han sido golpeados, amenazados y hasta secuestrados. Esto ha llevado a muchos a callar por miedo de que tomen represalias.
Mientras Montero amplía el Reinfo, el Cenepa se hunde
Los habitantes se sienten desprotegidos. Incluso, señalan que un proyecto de carretera entre las localidades de Huampami y Urakusa —como viene promoviendo el Gobierno—- traería no solo interconexión a la zona, sino que también serviría para potenciar la llegada de más mineros ilegales a un territorio sin control y sin presencia efectiva del Estado. Las comunidades awajún afectadas son Huampani, Sua San Antonio, Pagki, Tuutin, Mamayaque y Tuntino.
Recientemente, el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, anunció la ampliación del Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) hasta el 31 de diciembre de 2025, y aseguró que darían condiciones “muy claras y simples” para que los procesos que se encuentran suspendidos sigan su curso y más mineros se formalicen. El ministro parece tener esperanza en su formalización, pero hay que ser realistas: el Reinfo solo les dará mayores posibilidades para seguir creciendo a costa del medio ambiente y la tranquilidad de los comuneros. Mientras tanto, surge la pregunta: ¿quién protegerá al Cenepa y evitará que sea el nuevo Vraem?