Más recursos, misma ineficiencia: la reforma del IGV expone el fracaso de los municipios.


El derroche sin roche por parte del Congreso —con apoyo del MEF y el Ejecutivo— comenzó. El Congreso aprobó una reforma que modifica la distribución del Impuesto General a las Ventas (IGV) para incrementar los recursos del Fondo de Compensación Municipal (Foncomún). A través de un aumento gradual del Impuesto de Promoción Municipal (IPM), que pasará de 2% a 4% entre 2026 y 2029, los municipios recibirán hasta S/ 10 mil millones adicionales al año.
¿Y el contribuyente? Nada cambia para él: seguirá pagando el mismo 18% al final de cada boleta. Lo que varía es cómo se reparte ese dinero: menos para el gobierno central, más para los municipios, muchos de los cuales tienen serios problemas de ejecución y planificación.
En teoría, el Foncomún busca equilibrar las desigualdades entre municipios y garantizar un mínimo de financiamiento. En la práctica, sin embargo, se ha convertido en una bolsa de recursos mal utilizados, capturada por planillas y servicios sin impacto en la mejora de vida de los ciudadanos.
DINERO DESTINADO A PLANILLAS Y NO A OBRAS DE CALIDAD
La pregunta de fondo no es cuánto más deben recibir los municipios, sino si son capaces de ejecutar lo que ya tienen. Y la evidencia muestra que no.
En la última década, los gobiernos locales dejaron de ejecutar en promedio S/ 11 mil millones anuales de sus presupuestos de inversión. Esta incapacidad estructural se refleja en cómo se usa el Foncomún: entre 2023 y 2025, casi el 50% del fondo fue destinado al pago de planillas. Solo un 22% fue orientado a inversión pública.
Los municipios de los departamentos de Lima, Piura y Cajamarca recibieron la mayor cantidad de presupuesto proveniente de Foncomún para este 2025. Según el MEF, en los tres casos, en promedio se ha destinado el 24.2% del presupuesto del Foncomún para obras de inversión y más del 50% para el pago de planillas.
La magnitud del problema es aún mayor si se considera la calidad del gasto. En 2025, 9 de cada 10 proyectos financiados con Foncomún tendrán un presupuesto menor a S/1 millón, una escala insuficiente para cerrar brechas o transformar territorios. En regiones como Ica, Moquegua o Tacna, el 100% de proyectos ejecutados con estos fondos estuvo por debajo de ese umbral.
LOS MUNICIPIOS NO SABEN CÓMO GASTAR
La falta de capacidad técnica no es una acusación externa: los propios municipios la reconocen. Según el Registro Nacional de Municipalidades (RENAMU) 2024:
- El 55% de municipios solicitó asistencia técnica para poder operar correctamente.
- El 57% afirmó necesitar apoyo en la evaluación de proyectos de inversión.
Es decir, más de la mitad de los municipios del país carece de las herramientas básicas para planificar, ejecutar y supervisar adecuadamente el uso del Foncomún. Y sin cambios reales en esa realidad, aumentar su presupuesto es como llenar de agua un balde roto.
Duplicar el Foncomún sin asegurar capacidad de gasto ni criterios de eficiencia es una política desconectada de la realidad. El problema de los municipios no es la falta de dinero, sino la falta de preparación, de personal calificado y de control en el uso de los recursos.
Más dinero sin reforma es más ineficiencia. Y sin cambios estructurales, el Foncomún seguirá siendo una oportunidad perdida. El Congreso aprueba. El MEF respalda. Y los contribuyentes pagan.
