¿Las AFP y el Congreso aliados contra el contribuyente?, por José Ignacio Beteta

Las AFP cumplen un rol vital, pero así no se hacen las cosas. Sin que sea muy notorio, silenciosamente, el Congreso y las AFP están pensando aprobar una mal llamada reforma del sistema de pensiones, que es muy polémica. Diversos gremios se han pronunciado en contra de la mismal, casi todos menos la Asociación de AFP. La Asociación de Contribuyentes, por su parte, toma postura y les explico por qué.

Entre algunas cosas buenas presentes en la ley como el IGV para pensiones o “pensión por consumo”, mecanismo que te permitirá alimentar tu fondo de pensión con un 1% del IGV por cada consumo formal que realices, la ley plantea dos propuestas preocupantes. 

Primero: Las AFP y el Congreso quieren implementar aportes obligatorios de los empleadores para las pensiones de los trabajadores dependientes (contrato en planilla) del Sistema Público de Pensiones y del Sistema Privado de Pensiones. Se habla de un 4% de aporte directo del empleador y un 1% de aporte del Estado. El otro 5% lo pondría el empleado. ¿Suena bien? No.

Esta medida, desproporcionada, significará elevar los costos laborales no salariales, que ya son altos en el Perú, y tienen impacto sobre el nivel de informalidad del trabajo. Es un impuesto a la planilla y generará mas informalidad. Nos quieren clavar un impuesto sin decirnos.

Recordemos además que, según el Instituto Peruano de Economía, la OCDE recomienda al Perú una reducción de las contribuciones sociales para trabajadores de bajos ingresos, a través de regímenes laborales con tasas de aporte progresivas (que van creciendo poco a poco) en función a los salarios. Así, la ley preparada por las AFP y el Congreso va en contra de la evidencia.

La idea no es apretar a la empresa formal sino traer más aportantes al sistema pensionario del mundo informal, y buscar otros mecanismos de aporte que escapen del sistema laboral.

Segundo: Las AFP y el Congreso buscan establecer un aporte obligatorio a los trabajadores independientes. Esta es una medida que tiene muchos problemas. 

En primer lugar, son las mismas AFP las que plantean que se requiere un minímo de 30 años para consolidar un fondo adecuado. Bajo esta premisa, si se quiere obligar a los independientes a aportar, deberían hacerlo solo aquellos trabajadores independientes que tienen menos de 35 años. Así, lo que acumulen les servirá de algo (recordemos que un trabajador independiente gana menos que un trabajador formal en planilla y por lo tanto su aporte será menor).

Aprobar un aporte obligatorio de un independiente de 40 o 50 años es prácticamente una confiscación arbitraria, útil solamente para alimentar la caja tanto de las AFP como de la ONP sin sustento técnico.

Además, como sugiere también el Instituto Peruano de Economía, sin los incentivos suficientes – como un esquema de aporte complementario equivalente del Estado–, esta medida elevará las barreras a la formalidad y promoverá la subdeclaración de ingresos. 

Conclusiones rápidas. En épocas difíciles y con un sistema pensionario que solo beneficia a una pequeña parte de la Población Económicamente Activa – PEA, es inaceptable y hasta mercantilista que se apruebe una ley con tantos elementos polémicos sin un mayor debate. Esto sin mencionar que la norma aprobada elimina el retiro del 95.5% para los que hoy son mayores de 40 años y no deja ninguna posibilidad a los aportantes de retirar los fondos frente a situaciones de gravedad o potenciales inversiones como una primera vivienda.

Esta no es una reforma, es un salvavidas a un sistema minoritario y débil, que lo que necesita son más aportantes, no mas dinero de nuestros bolsillos, que ya están bastante golpeados. Las AFP cumplen un rol vital, repito, pero así no se hacen las cosas.