Menor puntaje = menor inversión privada: S&P reduce calificación crediticia de Perú
La calificación crediticia a largo plazo en moneda extranjera de Perú se redujo de BBB a BBB- tras el análisis de S&P Global Ratings. Esta decisión poco satisfactoria para el país se da en medio de serios retos políticos que enfrentamos los peruanos, donde la presidenta Dina Boluarte se encuentra inmersa en un escándalo por presuntos actos de corrupción y el Plan Austeridad impuesto por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) aún no surte el efecto deseado.
Asimismo, existen otros factores que desestabilizan nuestra confianza respecto a las finanzas fiscales como la no ratificación del presidente del Consejo Fiscal, Carlos Oliva, por razones, presuntamente, arbitrarias. Esto, luego de que el economista criticó severamente las decisiones del gobierno con el plan de reducción de gastos, el sobreendeudamiento de la Municipalidad Metropolitana de Lima y la millonaria transferencia a favor del Gobierno Regional de Ayacucho por S/100 millones. Recordemos que el gobernador regional, Wilfredo Oscorima, estaría siendo investigado por la Fiscalía por el Caso Rolex.
Está claro que existe un inminente riesgo, debido a que el país dejaría el “grado de inversión” para pasar a la categoría de “grado especulativo”. Es decir, las transacciones e inversiones en nuestro territorio podrían demorarse mucho más tiempo en ejecutarse, hecho que no ocurriría si los inversionistas confiaran en el movimiento favorable de nuestra economía.
La economista de la Asociación de Contribuyentes, Camila Costa, comentó a Vigilante.pe que una baja calificación está intrínsicamente relacionada a la baja probabilidad de que de un país no pague sus deudas. Del mismo modo, aseguró que esta es una mala noticia, debido a que es sinónimo que «las tasas de interés que exigen los inversionistas internacionales y locales sean mayores para compensar el riesgo adicional».
Es decir, si un inversionista impone mayores tasas de interés al gobierno, la respuesta inmediata del Estado será aplicar préstamos con topes de interés exhorbitantes a las empresas privadas e, incluso, entidades financieras. Tomando en cuenta que la inversión privada es la responsable de ejecutar obras públicas como colegios, hospitales, carreteras y megaproyectos como el Puerto de Chancay o minas en diferentes partes del país, es contraproducente exigirles créditos elevados, pues podría desalentar su interés por invertir en el territorio nacional. Si hay menor inversión privada, habrán menos puestos de empleo y, por ende, menor recaudación fiscal.
Para prevenir que el país descienda aún más en la escala de calificación crediticia, la especialista sugiere que nuestras autoridades trabajen de manera estratégica para impulsar la inversión en el país. Por este motivo, señaló lo importante que es velar por el principio de meritocacia, debido a que es lo único que nos permitirá contar con los mejores cuadros para guiar el crecimiento económico del Perú. «Solo necesitamos las personas eficientes en el gobierno», sentenció.
Tal y como señaló S&P, los desafíos políticos desalientan y limitan la capacidad de Perú para mantener un “espacio fiscal” sostenible en el tiempo. Pese a ello, se mostraron optimistas respecto a la recuperación económica de cara a 2025. Si bien la calificadora prevé que será una recuperación moderada, es probable que las medidas adoptadas por el gobierno surtan efecto en el largo plazo para estabilizar al país.